Licencias (parte III: reflexiones personales)

Licencias y derechos de autor - Reflexiones personales - Enemy Dolls
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Como adelanté en la anterior entrada, yo estoy a favor del uso de las licencias libres. Motivos, tengo bastantes. Cuánto más las conozco y ejerzo, más me gustan. Como creo que me voy a extender un poco en esta entrada no voy a repetir las características de las licencias libres, que se pueden consultar en la entrada previa.
Principalmente las apoyo por la libertad que dan a la hora de tratar un patrón al que protegen. Sé a ciencia cierta qué quiere el autor que se haga o no se haga con su obra, y dentro de esos límites puedo hacer lo que quiera sabiendo que no voy a molestarlo ni contrariarlo.
Sé que con ese patrón y con los muñecos terminados puedo hacer lo que quiera. Puedo hacer exactamente un muñeco como el que aparece en la foto de referencia o puedo modificarlo a mi gusto en cuanto a colores, partes, montaje, o lo que se me ocurra. Y si hay una parte de ese patrón que me viene bien para complementar otro amigurumi, sé que puedo cogerla y usarla. Por ejemplo, las orejas del Little fat cat Ballball de Sherri O Chan las uso para más cosas que para ese gato: son las púas de los dinosaurios, son las orejas en general de los gatos, o las del murciélago que diseñé hace unos meses. Si ese Catball estuviese registrado bajo una licencia libre yo no tendría problema por vender el patrón del murciélago. Si en cambio, está bajo una licencia restrictiva, solamente por haberle incluido esas orejas, no podría (pero como no está especificada la licencia no sé qué puedo hacer con él).
Un patrón con una licencia libre, es un patrón que pertenece a la comunidad. Suena muy hippie, pero realmente es un patrón abierto a todos y a todo. Puede ayudar a mejorar los patrones de otra gente, o puede hacer que otra gente aprenda algo de él. Somos una comunidad bastante reducida, la verdad, y creo que cualquier ayuda para aprender y mejorar tiene que ser bienvenida. Un patrón libre solamente trae cosas buenas, a quien lo hace y a quien lo recibe.

Sin embargo, y aunque yo le doy mucha importancia a respetar las licencias y los deseos de los autores (aunque a veces no comparta su opinón), veo que hay gente que ni les presta atención ni a veces parezca que sepan que esto existe, ni que haciendo lo que quieren con un patrón con una licencia privativa están despreciando los deseos de los creadores, a veces molestándolos o haciéndolos enfadar.
Es importante, y esto me parece lógico, respetar los deseos y decisiones de los autores de los patrones, aunque no entendamos sus motivos o no los compartamos. Por ejemplo, vender un amigurumi hecho con un patrón cuyo autor no quiere que vendamos, es un caso que se da muchas veces. Haciendo eso solamente nos arriesgamos a que el autor se entere (y somos pocos, se acabará enterando como sea un poco espabilado), se enfade, y retire sus patrones, de manera que nadie pueda disfrutar de ellos, aunque sea pagando, nunca más. Creo que ese es el caso de Fiber Doodles, que hace unos meses retiró todos sus patrones y ahora solamente se puede llegar a ellos previo pago.
Pero este tema me da para hablar mucho más, y prefiero dejarlo para otra entrada y para otro momento.

Pero sí quería aprovechar para hablar de esos patrones que se hacen de personajes u objetos de marcas registradas y conocidas, y cuyos autores registran como privativas.
Por ejemplo, un patrón de Hello Kitty, gratuito, que no permite que se vendan amigurumis hechos a partir de él. Aquí pediría la reflexión del autor de ese patrón: Hello Kitty no es un personaje tuyo original, pertenece a Sanrio. Tú estás prohibiendo hacer exactamente lo mismo que le estás haciendo a Sanrio. Esta clase de decisiones por parte de los autores no las entiendo, y no las comparto. Intento respetarlas lo máximo posible. Solamente Sanrio tendría potestad para pedirme que no vendiese un amigurumi de Hello Kitty, aunque haya un intermediario que haya escrito un patrón. El personaje no es suyo, por lo que no debe opinar qué se puede hacer o no con él; de todas maneras, él es el primero que está violando los derechos del personaje.
Para darle una vuelta de tuerca, hay dos casos más de los que quiero hablar:

En el primer caso hablo de patrones que representan amigurumis de marcas registradas. Por repetir el ejemplo, el patrón de Hello Kitty, pero que en vez de ser gratuito, tengo que pagar para conseguirlo. Estoy completamente en contra de esta clase de patrones, y me gustaría que hubiese más gente en mi posición. La gente que vende patrones de personajes que no son suyos está sacando un beneficio económico (aunque sea pequeño) del trabajo de una marca, y a quien corresponden los derechos de explotación de ese personaje. Aunque se haya tomado la molestia de escribir el patrón, el personaje no es suyo y no le corresponde sacar beneficio de él. Vender un amigurumi de una marca registrada es un tema diferente, porque se considera que se está cobrando por las horas de trabajo y material empleados en la pieza, no por lo que esta representa. Sanrio, o la marca que sea, igualmente tienen derecho a pedir que no vendan amigurumis de sus personajes, pero es un caso diferente.
Es conocido el caso de los patrones de Angry Birds y la empresa que los creó. Ahora no recuerdo nombres ni tengo referencias, pero recuerdo que cuando se estaba en plena fiebre de Angry Birds, una chica hizo los patrones para cada uno de los pájaros y los vendía a través de Etsy. Rovio, la empresa que tiene los derechos del juego le pidió que retirase los patrones o los ofertase gratuitos, o la tendrían que demandar porque los personajes no eran suyos y no podía sacarles rendimiento económico. Además, tuvo que pedir disculpas públicamente.
Personalmente, no apoyo esta clase de patrones. No voy a comprar ningún patrón de un personaje registrado, al igual que los patrones que haga de personajes voy a distribuirlos de manera gratuita con una licencia libre (como el Perry el Ornitorrinco de tamaño llavero que ya tengo publicado en este blog). Si hago algún personaje conocido, será a partir de un patrón que yo misma he hecho o de un patrón gratuito.

El segundo caso también me parecen decisiones poco lógicas que toman algunos autores, y que desde esta entrada anuncio que no voy a respetar. Hablo de los patrones de pago con licencias restrictivas.
Cuando se compra cualquier producto o su licencia se están comprando también sus derechos de uso. Es decir, yo compro la licencia del programa Photoshop, y puedo usarlo dónde y para lo que quiera. Si no la compro no puedo usarlo para ciertas cosas (trabajo profesional, por ejemplo). Cuando compro una película compro también mi derecho a distribuirla siempre que con esa distribución no saque beneficio económico (aunque la SGAE quiera que pensemos que no es así). Pero hay patrones que cuando se compran, te dicen que no puedes vender los amigurumis que hagas con ellos. Esa es la parte que no voy a respetar: cuando compro un patrón estoy comprando realmente los derechos de uso y venta de lo que haga con los amigurumis que salgan de él. Nadie paga 5€ por un fichero .pdf de 3 páginas. Lo que se paga realmente es el poder usarlo para lo que se quiera (sin sacar beneficio económico directo de él, lo que sería revenderlo, por ejemplo).
En cambio, en lo que estoy de acuerdo, es en restringir su ámbito de venta, tanto en patrones gratuitos como en patrones de pago. Es decir, permitir la venta solamente de manera física, en ferias, tiendas, etc., sin dejar venderlo por Internet; o no poder venderlo en tal país o continente. Es decir, el autor se reserva la “exclusiva” de cierta área para no tener competencia a la hora de vender amigurmis. Es la clase de licencia que le puesto al patrón del llavero de Perry el Ornitorrinco: se puede vender de manera física, pero no por internet.

En el lado completamente contrario a estas decisiones de los autores, está June Gilbank, de PlanetJune. En febrero de este año anunció que está haciendo más dinero a través del amigurumi del que haría en un trabajo “normal”, por lo que se le puede considerar una de las pocas personas en el mundo que viven del amigurumi. Y al contrario que la mayor parte de autores, ella permite la venta de amigurumis hechos a partir de sus patrones, y por encima, tiene una lista actualizada en su blog de personas que lo hacen.
Esto me da bastante qué pensar. Permite que se vendan amigurumis, es más, ella misma promociona a la gente que lo hace, y aún así hace una cantidad de dinero mensual que puede suplir a un sueldo ordinario.

De vuelta a mi reflexión inicial, creo que gran parte del éxito de June (y ella misma lo explica aquí: The secret of my success) reside en la libertad que otorga a sus patrones. Todos hemos visto muñecos hechos a partir de ellos, y creo que todos hemos aprendido algo de alguno de sus tutoriales.
Las licencias libres, y la libertad a la hora de licenciar un patrón benefician a toda la comunidad.

Anteriormente:

2 comentarios:

  1. Me ha encantado estos posts relacionados con los derechos de autor. Estoy de acuerdo contigo en todos los puntos que has mencionado, y es que, en mi humilde opinión, para hacer un amigurumi se siguen patrones bastantes parecidos, hay que tener una gran habilidad para hacer algo realmente original. No vendo las cosas que hago porque no me manejo muy bien con las licencias, y quiero respetar al máximo el trabajo de los demás, pero después de leer este post puede que me anime a hacer cositas para vender, por lo menos, a pequeña escala sin miedo a ofender a nadie.

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    1. Muchas gracias por el comentario :)
      Me alegro de que estén siendo útiles.
      Las licencias y los derechos de autor no son difíciles de entender. Normalmente además de la insignia de Creative Commons explican en palabras qué se puede hacer o no con ellas; es cosa de ver dónde se encuentra y prestar atención a lo que cada autor permite hacer con sus patrones.

      Muchas gracias por pasarte!

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