DIY bola de nieve

Os dije que estaba a tope con la Navidad ya, ¿verdad? Pues esto es lo primero que hice para sacarme esas ganas de fiestas, ya que me parecía muy pronto para empezar a decorar la casa: una bola de nieve, pero con materiales reciclados.
Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una bola de nieve, y aproveché una tarde libre y materiales que ya tenía en casa. Reciclar cosas que tienes por casa siempre está bien; me gusta darle un segundo uso, o un mil usos a lo que ya tengo (además de que así las cosas que haces salen baratas).
Hacer esta bola de nieve es fácil, y creo que se puede hacer con niños; si no tienes miedo a terminar con toda la casa llena de purpurina. Lleva pegamento caliente, por lo que necesitan supervisión y un poco de ayuda si todavía no son hábiles, pero no es nada difícil que no puedan hacer.
Así que aquí empieza la decoración invernal en mi casa.


Materiales:
Un tarro de cristal
Una figura de plástico o cerámica
Un tapón de botella
Pistola de pegamento caliente
Pegamento industrial o de contacto
Pintura acrílica
Purpurina
Pincel


Paso a paso:

1.Pintamos la tapa del tarro con la pintura acrílica. Es posible que necesite más de una capa (deja secar bien entre capas si es el caso)


2.Pegamos la figura al tapón con pegamento caliente o pegamento industrial. Si además usamos bien de pegamento y recubrimos el tapón, se puede llegar a disimular que lo es. Luego pegamos el tapón al interior de la tapa del tarro.

3.Llenamos el tarro de agua y tenemos en cuenta a Arquímedes: en un sitio que se pueda mojar, introduce la figura y cierra la tapa. Rebosará el agua que sobre. Saca la figura y le echamos al tarro media cucharilla de café de purpurina. ¡Bien! ¡Ahora tendrás purpurina en la cocina durante el resto de tu vida!


4.Ponemos pegamento industrial en el borde de la tapa y cerramos el tarro. En unos momentos debería estar seco y evitar fugas, además de que así ya no se podrá abrir y tener también purpurina por el resto de la casa hasta el Día del Juicio Final.
(Alguna gente hace este paso también con pegamento caliente, pero a mí no me gusta porque 1)en la cocina no tengo ningún enchufe cerca del fregadero para poner la pistola, además de que no creo que esté bien tenerla cerca del agua; 2)el pegamento caliente abulta mucho y dudo que después la tapa cerrase bien)


5.Dale la vuelta al tarro y ¡nieve!




¿Era fácil o no era fácil? Y los materiales que no son reciclados los lleva en tan poca cantidad que con cualquier resto que tengas por casa servirá.
Ahora tengo mi bola de nieve esperando a que sea el 15 de diciembre y ya no me parezca enfermizo poner lo que... ya os contaré qué voy a hacer en casa ;) Además, he aprovechado el reto de Facilísimo "me gusta reciclar: especial Navidad" para dejar de posponerlo.


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Qué estoy tejiendo

Hace mucho que no hago una entrada de este estilo. Qué estoy tejiendo, qué quiero hacer y qué quiero aprender luego, porque siempre hay algo nuevo que aprender.
Y la verdad es que hacía tiempo que no podía tejer con tranquilidad. Desde que me mudé he estado luchando con horarios y acostumbrándome a la nueva manera que tengo de organizarme y apenas me quedaba tiempo en el día que dedicar a tejer. Pero ahora que hace seis meses que estoy por aquí empiezan a asentarse las cosas y me encuentro con que tengo ratos libres que puedo dedicar a las agujas. ¡Y estoy volviendo a caer en el vicio!



Lo primero que me puse a tejer cuando vi que tenía tiempo para dedicarle, fue este cuello. Es una lana de cuyo nombre no me acuerdo que se teje con agujas de 19mm y que me habían regalado hace un par de años. Por fin pude terminar algo tejido con ella, porque lo que empezaba terminaba deshaciéndolo a las pocas vueltas. Puedo asegurar que es una lana resistente, que apenas notó todas las veces que hice y deshice.
Monté como 15-16 puntos y todas las vueltas están hechas a punto bobo. No tiene mayor complicación. Lo más difícil es coger las agujas, que son enormes y como vayas tejiendo rápido también rápido llegan los calambres a las manos (por lo menos a mis manitas pequeñas).


Para compensar lo fácil que fue el cuello me marqué un reto para el siguiente proyecto: una prenda de vestir. Volví a usar como excusa a la hija de mi amiga y ahora tiene un vestidito nuevo. El patrón elegido fue el Little Sisters Dress. No es difícil, pero la primera vez que lo empecé fue un fracaso. Terminadas las vueltas alternando derecho y revés, no sé cómo, me faltaban casi 100 puntos. Tuve que deshacer todo, obviamente, y volver a empezar. No sé qué falló la primera vez, porque para mí que al rehacer hice lo mismo que antes y salió bien.
Los colores elegidos cada vez me gustan más. Está hecho con Fabel de DROPS: un ovillo mostaza y dos matizados en azul-violeta-blanco-beis, y tejido con unas agujas de 3mm, creo. Pensaba que la parte de la falda se me iba a hacer mucho más pesada de lo que realmente fue (tardé menos tiempo en hacerla que la parte amarilla, por ejemplo) y aunque no la bloqueé bien del todo, me gusta mucho el resultado.
Además, le he puesto un botón de madera, y los botones de madera siempre son bien.


Este vestido se me alargó mucho en el tiempo, porque por el medio estuvimos tejiendo para La manta de la vida. En Castellón, a pesar de haber tejido muy poca gente y no haber hecho ninguna reunión ni promoción, sacamos unas 25 mantas. Yo hice una mía propia, con lanas que tenía en casa, además de dos a medias con lanas donadas.
Hacía mucho tiempo que no hacía ninguna manta, y fue la primera vez que hice una tan grande, y me pareció que no llevaba tanto tiempo hacerla. También es cierto que la mía no llevaba nada unido, que la hice de una pieza, y las otras dos fueron cuadrados de 50x50cm y no pequeños, pero creía que hacer una manta me llevaría mucho más tiempo.
Hice casi tres mantas en el mes escaso que nos daban para tejerlas, así que no está nada mal.

Esta semana, en una tarde, hice un cuello a ganchillo que puse por twitter pero que no puedo enseñar en el blog porque es un regalo de Navidad y va a ser una sorpresa. Cuando llegue su momento lo traeré por aquí, con link al patrón, que es bien chulo.

Además, estamos preparándonos para hacer una intervención en el parque Ribalta de Castellón la próxima semana para unas jornadas contra la violencia de género. Me he puesto a hacer flores a lo loco, y no le he sacado fotos a ninguna, aunque tampoco es que fuesen complicadas ni tuviesen mucho mérito. Además, a medida que iba haciendo puñados las fui entregando, así que tampoco tengo ni idea de cuántas van. Cuando esté todo montado espero pasarme por Ribalta en una de esas pocas horas del día en las que hay sol para sacar fotos. Solo una vez antes me había propuesto hacer flores y no tuve ningún éxito. Esta vez he dado con un par de patrones sencillos y bonitos que me han dado más resultado que los otros que había intentando (y que no soy capaz de encontrar ahora, por cierto).

Y ahora, ¿qué toca?
Le debo desde el año pasado a mi padre una chaqueta de invierno. Cuando me la pidió le dije que sí, aunque no tenía ni idea de cómo hacerla. Como se puede ver, ya sé hacer algo más que bufandas a punto bobo con dos agujas, y me voy a lanzar a la piscina. Cuento con la ayuda y la guía de La oveja Lacha y ya tenemos patrón elegido. En algún momento debí pensar que seguir el patrón de una chaqueta era demasiado fácil y vamos a alterar un jersey para que tenga abertura por delante. A ver en qué queda.

Después de la chaqueta, que va con una lana gruesa y espero que no me lleve demasiado tiempo, es hora de quitarme uno de los antojos que tengo con el punto: hay que aprender a hacer trenzas. Se acabaron las excusas y es hora de empezar a saber adornar un poco lo que vaya haciendo. No puedo rechazar más patrones porque tienen una trenza y me aterroriza.
¿Y en qué voy a aplicarlas? No sé. Pensaba en hacerme un cuello, o un cuadrado de prueba que desharía después, pero es que me acabo de encontrar con el patrón Selkie y estoy enamorada. A lo mejor es pasarse para empezar, pero fuck it. Es tan bonito que me da igual tener que hacer y deshacer hasta llorar (y lo haré más largo porque a mí la manga francesa me da más frío que la manga corta).


De aquí a que llegue a esta parte de la cola de pendientes seguro que surge algo que me la estropee, pero tengo otro antojo con el que es hora de acabar: calcetines. Ya no le tengo miedo a las dos agujas y hace años que quiero aprender a hacer calcetines. No he mirado patrones ni nada, empezaré por unos sencillos del todo y me conformaré con que salgan los dos iguales. Luego ya me pondré a complicarme la vida.

No está mal, ¿no? Para no tener tiempo y para hasta hace unas semanas no haberme traído todas lanas he hecho bastantes cosas. El amigurumi, como dije, lo tengo aparcado, aunque a veces me entra un mono tremendo de tejer y terminaré cayendo cualquier día de estos. Tengo un par de ideas para tejer en pequeño esos días que me apetece muchísimo, pero de momento no lo meto oficialmente en la cola.

¿Conseguiré cumplir con la lista de pendientes? A lo mejor le hago un gorrito antes al bebé, o unos patucos, o algo pequeño...
Sacadme de Ravelry, por favor.

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Amancio no es el único malo: la realidad de la industria textil de Bangladesh

Hace un par de semanas salía la noticia de que Forbes ya no consideraba a Bill Gates, fundador de Microsoft, el hombre más rico del mundo. Amancio Ortega, fundador de Inditex, le había adelantado. Esta noticia tiene ya un par de semanas y ya no se recuerda en redes sociales, pero igualmente quiero escribir este artículo porque me parece un tema importante.
Nada más escuchar el titular sobre la fortuna de Amancio Ortega, al igual que en otras muchas ocasiones, no han tardado en tacharlo de esclavista, de no pagar a los trabajadores, de fomentar la pobreza en Bangladesh y muchas cosas más. La criminalización sistemática de Amancio Ortega no es algo nuevo, y por eso quiero profundizar en el problema de la industria textil. Porque Zara no es tan mala ni el resto son tan buenos.

Amancio Ortega hombre rico mundo inditex bangladesh

Ahora mismo, la mayor parte de la industria textil está en Bangladesh y China. La mayor exportación que hace Bangladesh, como país, es textil, aunque también es donde están localizados la mayor parte de los productores de algodón y muchos otros oficios que están dentro del mundo textil pero no son exclusivamente coser ropa.
La mayor parte de la ropa que se consume en todo occidente viene de allí: no solamente Inditex (individualizado en Zara), si no casi todas las empresas de moda y ropa producen en Bangladesh. En el colapso del Rana Plaza hace dos años y medio se encontraron prendas destinadas a El corte inglés, H&M, New Yorker, Benneton, C&A, Inditex, Primark, Mango, Carrefour... muchas marcas diferentes. ¿Cómo se cose ropa para tanta gente en un mismo edificio?
La realidad de la industria textil es que las marcas ya no poseen fábricas, si no que compran la ropa a través de una larga cadena de subcontratas. Es decir, Zara o cualquier otra marca solo diseña un pequeño porcentaje de su ropa, y encarga fabricarla. Pero el otro porcentaje, la mayor parte de su ropa, es ropa que compra confeccionada a una empresa, que ha contratado a otra empresa para que la cosa, que contrata al dueño de la fábrica que es quien contrata los trabajadores (como ejemplo de cadena corta, las hay más intrincadas). O, en otros casos, cuando se encuentra a algún artista cuyas ilustraciones acaban en una camiseta de Zara, Zara no es directamente responsable: Zara ha contratado a un estudio o a un diseñador para que le haga una serie de camisetas y las ha mandado a coser, si no las ha comprado ya hechas, sin saber de dónde provenía la idea de los dibujos.
Y así ocurre con la mayor parte de las empresas que venden ropa: es imposible que Primark sea capaz de diseñar y producir tal cantidad de prendas. Sí tienen una colección propia cada temporada, y pueden elegir qué sale a la venta, pero no lo diseñan y lo producen todo. Lo compran ya hecho.
El gran problema que tiene esta cadena de subcontratas es que son opacas. Cuando Zara compra un lote de ropa, no sabe en qué condiciones se ha fabricado ni de dónde provienen los materiales que se han empleado, porque esa información se pierde por el camino a medida que el producto va pasando de manos. Es lo que pedimos con Fashion Revolution: que las empresas que nos venden la ropa se interesen por esta cadena de fabricación y ejerzan presión por quienes pasa la ropa, para que la información completa de la prenda llegue a los consumidores.
Cuando se habla de la fortuna de Amancio Ortega siempre sale el tema de los salarios en Bangladesh. Según los inspectores de las fábricas, el mayor problema de los trabajadores no es el salario. Por supuesto, podría mejorarse, pero reciben una salario medio dentro de su país. Lo que les preocupan son las condiciones laborales de los trabajadores: una carga excesiva de horas, fábricas en malas condiciones (el Rana Plaza no fue el primer y no será el último derrumbe), pésimas instalaciones eléctricas y el mal trato generalizado de los jefes a sus trabajadoras como unos pocos ejemplos. Ni Inditex ni Amancio Ortega tienen responsabilidad directa en esta situación: los trabajadores de Bangladesh no son suyos, al igual que las fábricas no son suyas: son de empresarios locales. Amancio no decide qué salario tienen las cosedoras de las fábricas textiles, ni qué medidas antiincendios debe haber en sus fábricas, porque no son suyas. Sin embargo, se ha demostrado que las grandes empresas pueden ejercer presión sobre los eslabones de la cadena de subcontratas; y se está haciendo. Es algo que avanza lentamente, pero se está haciendo.
No podemos olvidar que Bangladesh no es el único sitio en el que hay fábricas textiles. Los inspectores dicen que los trabajadores en China se encuentran en peores condiciones (en inspecciones sorpresa se ha descubierto que siguen usando el sandblasting) y se están destapando fábricas completamente irregulares en Brasil, algunas en las que hay niños trabajando (que en Bangladesh, por ejemplo, ya no quedan).

Amancio Ortega hombre rico mundo inditex bangladesh

¿Y se está haciendo algo para combatir esto?
Sí, se está haciendo. A raíz del derrumbe del Rana Plaza muchas de las marcas que compran ropa en Bangladesh llegaron a un acuerdo de mínimos sobre la calidad de las fábricas y las condiciones laborales. Se están cumpliendo y la calidad laboral de muchos trabajadores ha mejorado, pero ellos denuncian que no es suficiente.
Para hacer más transparente la cadena de producción de ropa, la iniciativa Fashion Revolution está ejerciendo mucha presión mediática y ciudadana sobre las empresas que nos venden ropa. Cada 24 de abril le preguntamos a estas marcas “¿quién hizo mi ropa?” y así denunciamos esta cadena opaca de producción además de concienciar a quien no la conoce. Este 2015 le pregunté a Zara por una chaqueta que llevaba puesta ese día, y casi un mes después pudieron decirme de dónde venía. Se pueden investigar y conocer los eslabones que componen esta cadena, y lo que queremos los consumidores es que las empresas también ejerzan presión sobre los productores para poder conocer la historia de cada prenda. Se ha demostrado que si el consumidor conoce cómo se ha hecho una prenda, prefiere no comprarla.
Además, por su cuenta, hay marcas que están llevando iniciativas propias. Zara anunció hace un par de meses que todas las prendas que salgan de ciertas fábricas de Brasil llevarán adjunto un código QR en el que podremos saber dónde se hicieron y en qué condiciones. Es un paso pequeño e insuficiente, pero es un paso. Se complementa con que unos días después se denunció que había más talleres en Brasil relacionadas con Inditex empleaban a niños o tenían unas condiciones laborales muy precarias. Inditex desmiente que haya habido alguna relación con estos talleres.
H&M ha iniciado una campaña de recogida de ropa para su reciclaje, que ha sido muy criticada porque H&M es una de las marcas que menos se preocupa por los trabajadores de Bangladesh. Aquí hay un artículo que desmonta lo que han declarado sobre la seguridad de los trabajadores en el sudeste asiático y aquí otro que denuncia las presiones que ejerce sobre el gobierno de Myanmar para que no suba el salario mínimo (dicen que no pueden permitirse que a los trabajadores les paguen más de $2 al día). Además, la campaña de reciclaje es inútil ya que la marca pretende crecer hasta producir 6 millones de prendas al año: el actual cultivo de algodón para las prendas y el proceso de tintado son absolutamente contaminantes y destructivos para el medio ambiente en el que se dan.

Muchos aportan que la solución pasa por relocalizar las fábricas textiles en España o en países desarrollados, sin darse cuenta de la catástrofe que sería para los países que las están trabajando ahora mismo: cerca de 5 millones de personas en Bangladesh están empleados de manera directa por la industria textil y esta supone más de las tres cuartas partes de los ingresos por exportación. Lo que queremos es que se mejoren las condiciones laborales de los trabajadores textiles, los productores de algodón y, un debate que saldrá durante los próximos años, se solucione el problema ambiental de los tintes. No queremos que desaparezcan las fábricas y todos esos puestos de trabajo.

Amancio Ortega hombre rico mundo inditex bangladesh

Pero Inditex no solamente tiene trabajadores en Bangladesh (aunque hemos visto que no son trabajadores suyos): hay miles de personas en todo el mundo trabajando para la compañía. Especialmente en Coruña y Arteixo, hay muchísima gente empleada directamente por Inditex. Creo que en Arteixo, salvo funcionarios, todo el mundo trabaja directa o indirectamente para esta empresa: diseñadores, patronistas, cosedoras... pero también transportistas, administrativos, atención al cliente, informáticos, abogados y mucha gente más. Cuando cogía el autobús de la universidad en la Plaza de Pontevedra en A Coruña veía pasar, cada mañana, por lo menos cuatro autobuses llenos de trabajadores camino Arteixo.
Conozco a varias personas que trabajan o trabajaron para Inditex directamente y todas han tenido buena experiencia:
Una amiga entró a trabajar en asistencia a las tiendas. Cuando a una dependienta en una tienda tenía un problema informático con su equipo, ella se encarga de solucionarlo remotamente. El marido de una de mis mejores amigas (a cuya hija no dejo de tejerle cosas) es soldador y estuvo recorriendo España construyendo tiendas para Inditex. Un amigo del instituto me dijo el otro día que él instalaba los sistemas anti incendios de las tiendas. Me aseguran en mi pueblo que varios señores, mayores de 40 años y que se quedaron en paro por la crisis, han sido empleados por Inditex y están trabajando con ellos en buenas condiciones. Otra conocida del instituto acaba de estudiar Derecho y durante las vacaciones de verano estuvo trabajando en Arteixo para Inditex, y también salió contentísima.
Cuando se ataca a Inditex, más que pensar solo en sus trabajadores en Bangladesh (que, como hemos visto, no son suyos en realidad) también deberíamos pensar en toda la gente que tienen empleada en nuestro país y con unas condiciones normales: dependientas, obreros que les montan las tiendas, servicio a atención al cliente, transportistas, escaparatistas, informáticos, gestores de las tiendas online... hay mucha gente involucrada y no todo es miseria ni pobreza.

Con esto, no defiendo la realidad de la industria textil en Bangladesh, China, Myanmar, Brasil o cualquier otro país. No estoy defendiendo a Amancio Ortega y al hecho de que Inditex tiene todavía mucho que trabajar de cara a garantizar que la producción de sus prendas respeta los Derechos Humanos. Solo quiero explicar con calma que la industria textil no es tan sencilla como parece y que en realidad es un problema muy complejo que afecta a muchas partes diferentes.
Y sobre todo, quiero dejar de ver a gente que siente la conciencia limpia por no comprar en Zara, pero no le importa ir a Mango, a Primark o a H&M. El problema que se achaca a Amancio Ortega es un problema que afecta a todas las marcas de ropa. Solo si somos conscientes del problema podrá empezar a solucionarse.

Si quieres saber más, tengo artículos escritos para el Fashion Revolution Day de 2014 y 2015 con más links relacionados, además de iniciativas que están promoviendo una moda sostenible.

Todas las fotos son de NYU Stern BHR, activistas a favor de los Derechos Humanos.

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Las 5 mejores maneras de rematar costuras

Hace tiempo, escuché que se puede ver la verdadera calidad de una prenda hecha a mano mirando cómo tiene rematadas las costuras. Y tiene mucha razón: no se puede coser bien sin saber cómo darle un buen acabado a una prenda. En parte, porque la vida que tendrá la prenda depende mucho de cómo terminemos las costuras. ¿De qué nos sirve hacernos una chaqueta espectacular si a las dos semanas está deshilachada y deshecha? Así que a eso vamos hoy: con 5 maneras de rematar realmente bien las costuras internas.
Sé que muchas de las que leéis el blog coséis sobre todo ropa de casa y accesorios y quizás podáis sacarle algo interesante a esta entrada, pero está pensada sobre todo para ropa de vestir. No son las únicas maneras, ya que si tenemos en cuenta forros, bieses, vistas y más cosas, esta entrada se queda corta. Sin embargo, vamos a repasar las maneras que, personalmente, más uso cuando termino una prenda.

Importante: antes de ponerse a rematar las costuras internas ya tenemos que tener terminada del todo la prenda. Tiene que estar cosida y tenemos que estar seguras de que nos sienta bien y no le vamos a hacer ningún cambio más. Rematar las costuras es el último paso de todos.

Otro importante: ¿a qué me refiero con "abrir la costura"? Me refiero a, con la prenda del revés, pasarle la plancha a la costura, separando los dos filos sobrantes de la tela. Haciendo esto, no solamente será mucho más fácil aplicar algunos de estos remates, si no que le daremos la forma adecuada a la prenda y mejoraremos su caída y movimiento. ¡Abrir bien las costuras es muy importante!

1- Remate en zig zag

rematar coser costuras zig zag

Quizás es la manera más sencilla de todas: cortamos con unas tijeras de zig zag el borde del sobrante de la tela a unos 2-2,5cm del pespunte y luego abrimos con la plancha. El corte en zig zag impedirá que la tela se deshilache.
No vale para todas las telas, porque algunas, aún con este corte, pueden seguir deshaciéndose. La recomiendo para telas con mezclas sintéticas y que no sean muy gruesas, que son las que mejor resultado me han dado. También es preferible que no se use en zonas en las que el zig zag se va a rozar frecuentemente.

2- Sobrehilado

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Primero abrimos la costura con la plancha y a cada sobrante se le pasa la máquina con una puntada de zig zag; más ancha cuánto más gruesa la tela. Tenemos que poner el filo de la tela entre las dos patas del prensatelas para que quede bien rematado.
Podemos usar un color que se camufle con la tela o jugar con algún contraste. Es uno de los métodos que más uso y que mejor resultado me ha dado en casi todas las telas. Sin embargo, me han dado problemas las que más tienden a deshilacharse, porque aunque queden bien fijadas, algún hilo siempre se escapa.

3- Overlock

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Es el remate que traen prácticamente todas las prendas que compraremos en tienda. Con la overlock, se remata el borde a la vez que se hace el pespunte, por lo que el sobrante de la tela siempre tiene el mismo tamaño, queda muy regular y la máquina se ocupa de todo sin tener que pasarla varias veces ni coger la plancha.
El gran problema que tiene rematar las costuras de esta manera es que necesitas una remalladora. Aunque en la confección industrial se emplea para todo tipo de telas, es una de las mejores maneras para rematar telas de punto. La única pega es que es poco accesible para una costura casera.

4- Con bies

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Un bies en cada filo
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Un bies para los dos filos

Yo nunca había visto rematar con bies hasta que una compañera de clase decidió ponérselo a las costuras internas de una chaqueta. Y aluciné con lo fácil que es y lo elegante que queda. Además, de que es una solución perfecta para esas telas gruesas que no dejan de deshilacharse.
He visto dos variantes: un bies en cada filo de la tela o los dos filos bajo un mismo bies. No tiene ninguna dificultad: se coloca el bies como se colocaría normalmente de manera que muerda el filo de la tela. Si queremos poner dos, es aconsejable primero abrir la costura con la plancha.

5- Cargada

rematar coser costuras cargada
Interior

rematar coser costuras cargada
Exterior

rematar coser costuras cargada
Interior

rematar coser costuras cargada
Exterior

Una costura cargada es una costura reforzada. Se recomienda usar en partes donde la prenda va a tener mucho roce o mucha tensión (como en la parte interior de los muslos en un pantalón, o la costura a lo largo de la manga).
Una vez hecha la costura, afinamos e igualamos los filos de la tela. Los planchamos los dos hacia el mismo lado, y pasamos una costura a medio centímetro de la primera. Luego sobrehilamos los dos filos juntos con un zigzag.
Si esto nos parece poco, se puede cargar una costura doblemente: en vez de planchar los dos sobrantes de la costura hacia el mismo lado, se abre la costura. Entonces, la segunda costura que pasamos a unos milímetros de la primera se hace por cada lado, una encima de cada sobrante.
¿Cómo calcular estos milímetros sin que se vaya la máquina? Es muy fácil: sitúa la costura en el centro del prensatelas, pero cose con la aguja en la posición a la derecha.

Estos son los tipos de costura interna que más me he encontrado o que más he hecho. Sé que también se puede hacer una costura francesa, aunque nunca he llegado a cogerle el truco a pesar de que visualmente es preciosa. Así como me puse a buscar de qué otras maneras me encontré muchas más. La costura, como cualquier otra labor, depende mucho de quién te haya enseñado o con quién la hayas hecho: cada maestrillo tiene su librillo.
Así que ahora yo quiero preguntar: ¿conocéis otra manera de rematar costuras? ¿cuál es la que más os gusta?

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