Licencias (parte IV: otras opiniones)

Licencias y derechos de autor - Otras opiniones - Enemy Dolls
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Empecé hace unos días una serie de entrada para intercambiar información y opiniones sobre las licencias y la protección de obras o ideas. En la primera entrada explicaba qué es el Creative Commons, en la segunda qué son las licencias libres y en la tercera exponía alguna de las cosas que pienso sobre el tema licencias, copias y así. Pero me pareció interesante recoger algunas de las opiniones que voy leyendo, porque lo que yo pienso puede no ser compartido con más gente.
Para hacer esta entrada voy a recoger opiniones tanto que habéis dejado en los comentarios en la página de Facebook, como otras que he visto en DeviantArt, donde últimamente hay bastante debate sobre el tema de las copias.

Uno de los primeros comentarios que recibí en Facebook planteaba la dificultad de diferenciar entre las copias y las inspiraciones. Dice en el comentario que la línea es muy fina, sobre todo cuando se siguen tutoriales. Quien lo escribió es una de las chicas que forma Canela en Rama, que además es ilustradora. Ella prefiere registrar sus obras en el Registro de la Propiedad Intelectual; ya lo ha hecho y dice que es sencillo y seguro.

Otro de los comentarios, esta vez de Miss Annie, se escribió en la última entrada, sobre mis reflexiones personales. También le parece extraño que la gente coja personajes de marcas registradas sin permiso de esas marcas y luego proteja sus patrones como si a ella correspondieran los derechos de autor.
Además añade que también está a favor de compartir y de dejar libre el material para quien quiera usarlo, como yo.

Los comentarios más extensos son los que se pueden encontrar en DeviantArt. Hace poco más de una semana en uno de los grupos más numerosos sobre peluches que conozco, #Plushie-Database abrió el debate sobre qué es una copia y qué no es una copia. Se pueden consultar todas las respuestas aquí.
El debate empieza porque una usuaria envió un mensaje con una pregunta que decía que se había encontrado con una chica que hacía los mismos peluches que ella, y que los presentaba en las fotos casi de la misma manera que ella. Pregunta si se puede considerar plagio, inspiración, y cómo puede denunciarlo si resulta ser un plagio. Al ser un grupo sobre peluches en general se refieren a los peluches de tela, no solamente amigurumis.
Hay muchos comentarios en este debate (a la hora de escribir esta entrada son 51). La mayor parte dice que “depende”. Es diferente dependiendo de si los peluches son originales suyos, son fieles a la realidad, o si se trata de personajes.
La mayor parte están de acuerdo en que si son peluches fieles a la realidad se descarta el plagio, porque la creación no es original suya, porque las cosas ya son así.
Tampoco puede quejarse de plagio si lo que hace pertenece a marcas registradas. Los personajes no son suyos, aunque les dé una aproximación diferente. No son una creación suya, no puede quejarse. Ella estaría haciéndole a la marca lo mismo que le están haciendo a ella, por lo que no le corresponde ninguna reclamación.
En cambio, si se trata de personajes originales, sí podría reclamar. Es difícil, puesto que la mayor parte de estas copias parten de patrones hechos a ojo, así que no le han robado su trabajo al completo, aunque se han dado casos de gente que ha comprado los peluches hechos, los ha desmontado, ha dibujado el patrón y los ha vuelto a montar. En este último caso sería denunciable incluso, porque es una copia exacta.

Además de estas dos vías, me he encontrado un caso que nadie había mencionado: compartir patrones de pago. Volvemos a hablar puramente de amigurumi, pero imagino que se puede trasladar a cualquier otra clase de patrón. Me he encontrado con este caso en un foro sobre amigurumi al que entré no hace mucho (Amigurumies). Resulta que un grupo de usuarias intercambian patrones que están a la venta en Ravelry o en Etsy, sabiendo que estos están a la venta. Es más, para no tener que comprarlos los piden de manera pública o por mensaje privado (me han llegado estos mensajes).
Según su opinión, no están obrando mal. Comparten los patrones como se comparte cualquier otro objeto que se compra. Yo soy de la opinión contraria, como escribí en el foro (aunque tras escribirlo borraron el post completo) y luego contesté a quien me pidió patrones por mensaje privado. A quien los intercambia esto no supone ningún problema ni tienen conciencia de estar haciendo ningún mal, pero a mí me parece una falta de respeto y consideración a quien haya diseñado ese patrón y hacia su esfuerzo. Si decide ponerlo a la venta me parece importante respetar esa decisión y, si se quiere hacer ese patrón, no creo que sea un gran esfuerzo pagar los 5€ (como mucho) que va a valer. Y si no se pueden pagar esos 5€, hay muchos otros patrones para elegir. Pero desde luego, estoy completamente en contra de quien intercambia esta clase de patrones, aunque haya gente que lo vea como algo inocente.


Hasta aquí, en principio y en vista que no hay más opiniones, casos o preguntas, las entradas sobre licencias, registros y protección de obras. Es un tema complicado que combina ética con legalidad, y para el que hay tantas opiniones como casos o experiencias. Espero que estas entradas os hayan sido de ayuda, os hayan permitido ver diferentes maneras de concebir la propiedad intelectual, y sobre todo, sean útiles a la hora de interpretar las licencias de otras personas o a la hora de establecer las vuestras.

Licencias (parte III: reflexiones personales)

Licencias y derechos de autor - Reflexiones personales - Enemy Dolls
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Como adelanté en la anterior entrada, yo estoy a favor del uso de las licencias libres. Motivos, tengo bastantes. Cuánto más las conozco y ejerzo, más me gustan. Como creo que me voy a extender un poco en esta entrada no voy a repetir las características de las licencias libres, que se pueden consultar en la entrada previa.
Principalmente las apoyo por la libertad que dan a la hora de tratar un patrón al que protegen. Sé a ciencia cierta qué quiere el autor que se haga o no se haga con su obra, y dentro de esos límites puedo hacer lo que quiera sabiendo que no voy a molestarlo ni contrariarlo.
Sé que con ese patrón y con los muñecos terminados puedo hacer lo que quiera. Puedo hacer exactamente un muñeco como el que aparece en la foto de referencia o puedo modificarlo a mi gusto en cuanto a colores, partes, montaje, o lo que se me ocurra. Y si hay una parte de ese patrón que me viene bien para complementar otro amigurumi, sé que puedo cogerla y usarla. Por ejemplo, las orejas del Little fat cat Ballball de Sherri O Chan las uso para más cosas que para ese gato: son las púas de los dinosaurios, son las orejas en general de los gatos, o las del murciélago que diseñé hace unos meses. Si ese Catball estuviese registrado bajo una licencia libre yo no tendría problema por vender el patrón del murciélago. Si en cambio, está bajo una licencia restrictiva, solamente por haberle incluido esas orejas, no podría (pero como no está especificada la licencia no sé qué puedo hacer con él).
Un patrón con una licencia libre, es un patrón que pertenece a la comunidad. Suena muy hippie, pero realmente es un patrón abierto a todos y a todo. Puede ayudar a mejorar los patrones de otra gente, o puede hacer que otra gente aprenda algo de él. Somos una comunidad bastante reducida, la verdad, y creo que cualquier ayuda para aprender y mejorar tiene que ser bienvenida. Un patrón libre solamente trae cosas buenas, a quien lo hace y a quien lo recibe.

Sin embargo, y aunque yo le doy mucha importancia a respetar las licencias y los deseos de los autores (aunque a veces no comparta su opinón), veo que hay gente que ni les presta atención ni a veces parezca que sepan que esto existe, ni que haciendo lo que quieren con un patrón con una licencia privativa están despreciando los deseos de los creadores, a veces molestándolos o haciéndolos enfadar.
Es importante, y esto me parece lógico, respetar los deseos y decisiones de los autores de los patrones, aunque no entendamos sus motivos o no los compartamos. Por ejemplo, vender un amigurumi hecho con un patrón cuyo autor no quiere que vendamos, es un caso que se da muchas veces. Haciendo eso solamente nos arriesgamos a que el autor se entere (y somos pocos, se acabará enterando como sea un poco espabilado), se enfade, y retire sus patrones, de manera que nadie pueda disfrutar de ellos, aunque sea pagando, nunca más. Creo que ese es el caso de Fiber Doodles, que hace unos meses retiró todos sus patrones y ahora solamente se puede llegar a ellos previo pago.
Pero este tema me da para hablar mucho más, y prefiero dejarlo para otra entrada y para otro momento.

Pero sí quería aprovechar para hablar de esos patrones que se hacen de personajes u objetos de marcas registradas y conocidas, y cuyos autores registran como privativas.
Por ejemplo, un patrón de Hello Kitty, gratuito, que no permite que se vendan amigurumis hechos a partir de él. Aquí pediría la reflexión del autor de ese patrón: Hello Kitty no es un personaje tuyo original, pertenece a Sanrio. Tú estás prohibiendo hacer exactamente lo mismo que le estás haciendo a Sanrio. Esta clase de decisiones por parte de los autores no las entiendo, y no las comparto. Intento respetarlas lo máximo posible. Solamente Sanrio tendría potestad para pedirme que no vendiese un amigurumi de Hello Kitty, aunque haya un intermediario que haya escrito un patrón. El personaje no es suyo, por lo que no debe opinar qué se puede hacer o no con él; de todas maneras, él es el primero que está violando los derechos del personaje.
Para darle una vuelta de tuerca, hay dos casos más de los que quiero hablar:

En el primer caso hablo de patrones que representan amigurumis de marcas registradas. Por repetir el ejemplo, el patrón de Hello Kitty, pero que en vez de ser gratuito, tengo que pagar para conseguirlo. Estoy completamente en contra de esta clase de patrones, y me gustaría que hubiese más gente en mi posición. La gente que vende patrones de personajes que no son suyos está sacando un beneficio económico (aunque sea pequeño) del trabajo de una marca, y a quien corresponden los derechos de explotación de ese personaje. Aunque se haya tomado la molestia de escribir el patrón, el personaje no es suyo y no le corresponde sacar beneficio de él. Vender un amigurumi de una marca registrada es un tema diferente, porque se considera que se está cobrando por las horas de trabajo y material empleados en la pieza, no por lo que esta representa. Sanrio, o la marca que sea, igualmente tienen derecho a pedir que no vendan amigurumis de sus personajes, pero es un caso diferente.
Es conocido el caso de los patrones de Angry Birds y la empresa que los creó. Ahora no recuerdo nombres ni tengo referencias, pero recuerdo que cuando se estaba en plena fiebre de Angry Birds, una chica hizo los patrones para cada uno de los pájaros y los vendía a través de Etsy. Rovio, la empresa que tiene los derechos del juego le pidió que retirase los patrones o los ofertase gratuitos, o la tendrían que demandar porque los personajes no eran suyos y no podía sacarles rendimiento económico. Además, tuvo que pedir disculpas públicamente.
Personalmente, no apoyo esta clase de patrones. No voy a comprar ningún patrón de un personaje registrado, al igual que los patrones que haga de personajes voy a distribuirlos de manera gratuita con una licencia libre (como el Perry el Ornitorrinco de tamaño llavero que ya tengo publicado en este blog). Si hago algún personaje conocido, será a partir de un patrón que yo misma he hecho o de un patrón gratuito.

El segundo caso también me parecen decisiones poco lógicas que toman algunos autores, y que desde esta entrada anuncio que no voy a respetar. Hablo de los patrones de pago con licencias restrictivas.
Cuando se compra cualquier producto o su licencia se están comprando también sus derechos de uso. Es decir, yo compro la licencia del programa Photoshop, y puedo usarlo dónde y para lo que quiera. Si no la compro no puedo usarlo para ciertas cosas (trabajo profesional, por ejemplo). Cuando compro una película compro también mi derecho a distribuirla siempre que con esa distribución no saque beneficio económico (aunque la SGAE quiera que pensemos que no es así). Pero hay patrones que cuando se compran, te dicen que no puedes vender los amigurumis que hagas con ellos. Esa es la parte que no voy a respetar: cuando compro un patrón estoy comprando realmente los derechos de uso y venta de lo que haga con los amigurumis que salgan de él. Nadie paga 5€ por un fichero .pdf de 3 páginas. Lo que se paga realmente es el poder usarlo para lo que se quiera (sin sacar beneficio económico directo de él, lo que sería revenderlo, por ejemplo).
En cambio, en lo que estoy de acuerdo, es en restringir su ámbito de venta, tanto en patrones gratuitos como en patrones de pago. Es decir, permitir la venta solamente de manera física, en ferias, tiendas, etc., sin dejar venderlo por Internet; o no poder venderlo en tal país o continente. Es decir, el autor se reserva la “exclusiva” de cierta área para no tener competencia a la hora de vender amigurmis. Es la clase de licencia que le puesto al patrón del llavero de Perry el Ornitorrinco: se puede vender de manera física, pero no por internet.

En el lado completamente contrario a estas decisiones de los autores, está June Gilbank, de PlanetJune. En febrero de este año anunció que está haciendo más dinero a través del amigurumi del que haría en un trabajo “normal”, por lo que se le puede considerar una de las pocas personas en el mundo que viven del amigurumi. Y al contrario que la mayor parte de autores, ella permite la venta de amigurumis hechos a partir de sus patrones, y por encima, tiene una lista actualizada en su blog de personas que lo hacen.
Esto me da bastante qué pensar. Permite que se vendan amigurumis, es más, ella misma promociona a la gente que lo hace, y aún así hace una cantidad de dinero mensual que puede suplir a un sueldo ordinario.

De vuelta a mi reflexión inicial, creo que gran parte del éxito de June (y ella misma lo explica aquí: The secret of my success) reside en la libertad que otorga a sus patrones. Todos hemos visto muñecos hechos a partir de ellos, y creo que todos hemos aprendido algo de alguno de sus tutoriales.
Las licencias libres, y la libertad a la hora de licenciar un patrón benefician a toda la comunidad.

Anteriormente:

Licencias (parte II: licencias libres)

Licencias y derechos de autor - Qué es una licencia libre - Enemy Dolls
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Ve a la primera parte de esta serie de entradas aquí.

En la primera entrada sobre licencias comentaba qué son, qué protegen y cómo se hacen. Hoy quiero hablar de una clase concreta de licencias, las licencias libres.

Seguro que alguien ha escuchado alguna vez hablar del software libre (programas como Mozilla Firefox, Gimp, eMule, Winamp, etc., son software libre). Un programa libre es un programa registrado bajo una licencia libre. También seguro que os suena el término “Copyleft”, también hablaré de él más tarde.

Una licencia libre se puede hacer con el mismo tipo de restricciones o liberaciones de derechos de las que hablaba en la entrada anterior (atribución, uso no comercial, sin obras derivadas y compartir igual), pero con ciertas características:
Una licencia libre no tiene restricciones en cuanto a distribución y creación de nuevas versiones. Con una licencia libre se lanza un trabajo al dominio público, permitiendo su redistribución y su re-realización en caso de los receptores quieran hacerlo. De las 6 diferentes combinaciones que hay entre los derechos para reservar o liberar de las licencias de Creative Commons, solamente dos son de tipo libre:

Atribución-Compartir Igual

Atribución

Es decir, una licencia libre permite que otras personas saquen beneficios económicos de un derivado de su obra (no se guarda el derecho No Comercial), y también permite hacer revisiones de ese trabajo (no se guarda el derecho de No Derivados). Ya dije en la entrada anterior que la atribución es obligatoria mantenerla. Sin embargo, el creador de una obra libre puede tener el control de que futuras obras sigan siendo libres (al reservarse el derecho de Compartir igual). Este tipo de licencia es el Copyleft (asegurarse de que una obra libre siga siendo libre tras pasar por otras manos).

Por lo tanto, una obra con la que no se pueden hacer otras diferentes, o que no permite a terceras personas aprovecharla para sacar beneficio económico, no es una obra libre. No pertenece a la comunidad, es una licencia restrictiva.

Aplicado al amigurumi esto puede parecer una locura, pero voy a explicarme un poco mejor:
Esta clase de licencias están sobre todo pensando para software, para programas informáticos. El sistema operativo GNU/Linux está registrado bajo una licencia libre. Gracias a eso hay muchas versiones diferentes, que la gente crea para ajustar a unas necesidades específicas. Hay gente que usa los ordenadores para tareas muy específicas (un programador, por ejemplo, o un diseñador gráfico), que necesitan tener unos programas o un funcionamiento concreto y especial, que Windows no le da. Entonces, en base a esa primera versión de GNU/Linux se pueden crear otras diferentes, adaptadas a estas necesidades.
También podemos tener el caso de una pequeña tienda de informática. Una empresa quiere instalar un sistema informático, y las licencias de Windows son demasiado caras, entonces quieren Linux, que es de distribución gratuita. Como está registrado bajo una licencia libre, el señor de la tienda de informática no tendrá ningún problema legal si le instala a 20 ó 30 ordenadores Linux y cobra por la mano de obra, aunque el sistema operativo que está instalando es gratuito.
Estos casos no nos afectan directamente, pero los pongo porque son un buen ejemplo de por qué y cómo nacieron las licencias libres. También ayudan a formar una idea de la esencia de las licencias libres, de que una obra esté abierta a modificaciones y a redistribución.
Ya un caso que nos puede llegar a afectar a nosotros más directamente: hacemos una foto, cualquiera, a un amigurumi o no. Si la registramos con una licencia libre, otra persona, al otro lado del mundo, puede crear una serie de acciones para Photoshop y puede emplear esa foto como demostración de las acciones. Además, podría vender estas acciones. Si registramos la foto con una licencia No Comercial, no podría usar esa foto, o no podría vender las acciones.

Licencias libres aplicadas al amigurumi (y ventajas de las licencias libres)
Si tenemos esto en cuenta para al amigurumi, yo creo que tendríamos que referirnos sobre todo a los patrones. Las fotos que hagamos de los amigurumi ya se consideran fotos.

Aplicando una licencia libre a un patrón, estás permitiendo que la gente que acceda a ese patrón pueda vender los amigurumis tejidos a partir de él, o aprovechar alguna de sus partes para crear un patrón suyo, y luego redistribuirlo (incluso venderlo).
Por ejemplo, hace un tiempo hice un patrón que tenía muchas ganas de hacer: un murciélago. No encontré ningún patrón que me convenciese, así que lo diseñé. Pero tenía el problema de las alas, porque no tenía ni idea de qué cómo hacerlas. Y me encontré con el patrón de “Cuddly Cthulhu”, de Cthulhu Crochet, con unas alas que me venían perfectas. Les cambié el color y ahora tengo un murciélago completo. Si la autora del patrón de “Cuddly Cthulhu” se hubiese reservado todos los derechos sobre el patrón y no permitiese obras derivadas, yo no podría haber cogido su diseño de las alas para aprovecharlo en un amigurumi completamente diferente.

Suena chocante eso de que no te importe que vendan amigurumis hechos a partir de tu patrón, o incluso que cojan partes de tu patrón para otro. Estamos muy acostumbrados a una dinámica de superprotección de la propiedad, donde parece que eres tonto si dejas que otro haga dinero gracias, aunque sea remotamente, a tu trabajo. Parece que lo común y lo que se debe hacer con algo que hemos creado es protegerlo y guardarnos todos los beneficios y méritos para nosotros mismos, aunque eso signifique dejar de compartir.
En este punto, que a veces es el más difícil de aceptar de las licencias libres, a veces hay que hacer una reflexión. Nuestro primer instinto es negarnos a esto, pero tiene poco sentido y es una actitud (creo, personalmente) egoísta. Yo lo enfoco en dos puntos principales:
-Es muy poca gente la que puede vivir del amigurumi, o de diseñar patrones. El resto nos movemos con cantidades muy pequeñas de dinero; cantidades que no van a cambiar nuestra vida sustancialmente si son modificadas. A efectos prácticos, nos da igual si alguien vende un amigurumi hecho con un patrón nuestro, o si alguien aprovecha una parte de un patrón nuestro para hacer uno suyo. Me refiero, no somos Apple denunciando a Samsung por haberle robado/copiado parte del funcionamiento de sus teléfonos.
-Cuando vemos un patrón, creado por otra persona, nos gusta poder hacer cosas con él sin molestar a su creador. Si nos gusta poder hacer casi lo que queramos con un patrón, me parece lógico que apliquemos eso a los nuestros, y dejemos que la gente disfrute libremente de lo que hagamos nosotros.

Además, con una licencia libre un patrón es mucho más fácil de traducir. En realidad una traducción es una obra derivada, si no se permiten obras derivadas, no hay posibilidad legal de traducción. Si el patrón está en inglés puede llegar a mucha gente, pero si el patrón original está en tailandés (que me ha pasado), no se puede intentar entenderlo ni gracias al traductor de Google. La difusión de ese patrón queda muy limitada.

Personalmente, yo prefiero apostar por las licencias libres. Sobre todo por la capacidad de distribución y adaptación que tienen. Si encuentro un patrón que puedo aprovechar para complementar un diseño mío, me gusta poder hacerlo. En el caso de comprar un patrón, quiero tener la posibilidad de explotarlo todo lo que pueda. Si tengo dos patrones delante y uno me da más posibilidad de redistribución o adaptación, voy a usar ese. Y en el caso de mis patrones, los publico para que la gente los disfrute. Entonces, no tiene sentido prohibir hacer cosas con ellos.
La motivación para la mayor parte de los que hacemos amigurumi, incluso para los que lo diseñamos, es disfrutar y porque lo pasamos bien. No veo mucho sentido a coartar las posibilidades de exploración o disfrute de un patrón.

Libre no es gratis, y gratis no es libre
Hay que tener en cuenta que “libre” no significa “gratis”, ni “gratis” significa “libre”.
Se puede crear y registrar un patrón con una licencia libre y luego venderlo, no es incompatible. También se abre la posibilidad de que otra persona aprovechase parte de ese trabajo para vender un patrón suyo (como sería mi caso con las alas del murciélago), pero ahí ya entraríamos en valoraciones éticas y morales según la cantidad de patrón que se emplease; y estamos hablando de cosas legales.
Que se pueda acceder a un patrón gratis no significa que sea libre. Es decir, podemos encontrar (o hacer) un patrón gratuito, pero restringir los derechos que hacen que una licencia deje de ser libre: las obras derivadas y el uso comercial. Esta clase de situación es la que más se encuentra por Internet: patrones gratis cuyos autores piden que no se vendan los amigurumis hechos a partir de ellos. Un ejemplo muy claro, y que nadie respeta, es el de Wolfdreamer con sus patrones de Pokemon: los puedes tejer tranquilamente en tu casa, pero no puedes vender los amigurumis que hagas con ellos (aunque la gente lo hace igualmente).

De esta clase de valoraciones, pensamientos y reflexiones sobre el uso de licencias y los patrones hablaré en la siguiente entrada.
Recordad que si hay alguna duda, pregunta, o veis que me equivoco en algo, los comentarios están abiertos y dedicaré una única entrada a responder o corregir todo lo que sea necesario.


Anteriormente:

Sigue leyendo:

Licencias (parte I: el Creative Commons)

Licencias y derechos de autor - Creative Commons - Enemy Dolls
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Hace tiempo que quiero escribir esta serie de entradas. Creo que es necesario que los que creamos y los que usamos creaciones anteriores tengamos esta información a mano. Es importante que todo el que crea sepa qué es una licencia y cómo proteger o liberar su trabajo sin que haya confusiones para quien lo va a recibir, y también es importante que quien vaya a usar una creación previa sepa qué licencias protegen ese material, para poder usarlo bien y para evitar malentendidos con el creador.
Mi intención es crear una serie de entradas que resuelvan dudas y problemas que pueda haber con las licencias y con la protección de una obra. No soy una experta pero sí me relaciono mucho con las licencias libres y la liberación o restricción de derechos de autor, y como veo que hay muchas dudas o desconocimiento de este tema, me parece interesante exponer lo que sepa.
En esta primera entrada quiero tratar el tema de las licencias en general (qué es una licencia, qué es el Creative Commons, cómo se puede registrar una obra), en otra querría tratar el tema de las licencias libres (qué es una licencia libre, ventajas de una licencia libre), en otra querría hacer algunas reflexiones personales sobre el uso de licencias que he observado, y querría hacer una última intentando resolver las dudas que puedan haber surgido. Así que los comentarios están abiertos a sugerencias, preguntas, dudas, o cualquier cosa que necesitéis.

Así que lanzo la primera pregunta:

¿Qué es una licencia?
Una licencia es una protección legal aceptada que se aplica a una creación o producto. Es lo que determina qué se puede y qué no se puede hacer con él: no se puede violar la atribución, por ejemplo (no se puede reclamar como propio un trabajo que no se ha hecho), o si se puede aprovechar un trabajo de otra persona para realizar uno posterior (hacer un remix de una canción, por ejemplo).
Hay muchos tipos de licencias, y se puede registrar un trabajo de muchas maneras diferentes, pero las más cómodas para lo que creo que los lectores de este blog van a necesitar son las licencias Creative Commons.

Creative Commons es una organización internacional formada por especialistas en derecho de diferentes países que han creado y avalado la creación de un sistema de licencias que funcione y sea reconocido a nivel mundial.

¿Cómo funcionan?
En las licencias de Creative Commons hay 4 tipos de derechos fundamentales que se pueden combinar entre sí, reservándose o liberándose. Estos son:

Atribución de autoría (BY)



Uso no comercial (NC)



Sin obras derivadas (ND)



Redistribución bajo la misma licencia (SA)

Los derechos que se reservan son los derechos que aparecen en la insignia. Si uno no aparece reflejado, se da por entendido que se libera.

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 3.0 Unported.

Por ejemplo: nos encontramos con un patrón protegido con una licencia BY-NC (la enlazada arriba). Es una licencia de atribución-no comercial. Es decir, es obligatorio atribuir la fuente o el primer trabajo, no se puede sacar beneficio económico con el uso de ese trabajo, y se ha de distribuir bajo la misma licencia. No aparece reflejada la ND (obras derivadas) ni SA (compartir bajo la misma licencia), por lo que se pueden hacer obras derivadas de con ese trabajo, ni se pueden liberar más derechos de los liberados por esta primera licencia.
Si aparece una licencia únicamente BY, se entiende que se pueden hacer obras derivadas, se puede sacar beneficio del uso de esas obras, y se puede distribuir con una licencia diferente (se podría reservar el derecho en futuras obras de sacar beneficio económico).

La legislación española no permite la liberación de la autoría (por la responsabilidad que lleva crear algo, no se puede crear algo y desentenderse de ello).
Según la legislación española, si no se especifica una licencia, se da por supuesto que todos los derechos sobre ella misma están reservados.

¿Qué significan?
Atribución de autoría: cuando se use o se exponga ese trabajo o uno derivado de ese trabajo, se ha de nombrar la fuente o el creador original.
Uso no comercial: no se puede sacar beneficio económico de esa obra o de una derivada de ésta. Por ejemplo, si escribo un cuento y una editorial quiere hacer una antología de cuentos, no pueden incluirla en ella porque luego van a vender los ejemplares. Sin embargo, si libero este derecho, pueden hacerlo bajo mi consentimiento.
Sin obras derivadas: no se puede crear una obra a partir de la original. Por ejemplo, en el caso del amigurumi, no se pueden aprovechar partes de un patrón para crear uno nuevo (como hice hace unos meses con unas alas para diseñar un murciélago).
Redistribución bajo la misma licencia: si se distribuye esa obra o una derivada, ha de ser con las mismas restricciones o mayores que las que protegían la primera obra. Si volvemos al caso del amigurumi, si hago un patrón aprovechando las alas de otro, pero éste tenía como licencia una que no permitía el uso comercial, mi patrón ha de ser también no comercial.

¿Cómo se registran las obras bajo una licencia Creative Commons?
Solamente hace falta indicar la licencia al lado de la obra que se quiera registrar. Si se quiere registrar diferentes obras a la vez, publicadas en un mismo sitio, basta con dejar la insignia de la licencia visible una sola vez.
Solamente con ese gesto se está protegiendo el trabajo. También se pueden escoger diferentes licencias y publicarlas cada una en una obra. Si por ejemplo se quieren proteger diferentes patrones a diferentes niveles, se puede aplicar una licencia a cada uno. Pero si se quiere proteger todo un blog por igual (como éste), se deja la licencia en un sitio visible y se entiende que todo lo que esté publicado en ese blog se encuentra protegido por esa licencia.
Las insignias se pueden crear de manera muy fácil y gratuita en la página web de Creative Commons. Copiando los links que ellos dan, quien llegue al blog y quiera desplegar las condiciones de una licencia, solamente tendrá que hacer click encima, y se le redireccionará a una página donde venga escrita de manera clara cada derecho, liberado o protegido.

¿Por qué nombras Creative Commons y no otra manera de registrar una obra?
Si hablo solamente de Creative Commons es porque, bajo mi punto de vista, es el mejor recurso para los que hacemos cosas a mano, o en general, cosas “pequeñas” o de poca importancia. Puedes registrarlo gratuitamente, de manera fácil y desde casa. Y si tienes alguna duda hay foros de ayuda y mucha gente que entiende de estas licencias que te pueden echar una mano rápidamente.
Además de Creative Commons, hay plataformas como Safe Creative que también dan apoyo legal si hay algún problema con el uso de las licencias de una obra. Concretamente en Safe Creative es necesario registrarse y registrar las obras una a una.
Si es más seguro o más eficiente a la hora de resolver un problema surgido con el uso de una obra protegida, ya no estoy segura. Quedan temas sobre licencias para tratar, así que me informaré sobre esto e intentaré responderlo en un futuro. De todas maneras, las licencias Creative Commons son unas licencias aceptadas por todos los sistemas judiciales de todos los países del mundo, y legalmente son suficiente para proteger una obra y reclamar legalmente en caso de uso indebido de ésta.
También está la posibilidad de ir al Registro de la Propiedad Intelectual a registrar las fotos, patrones o ideas (de eso no estoy tan segura) que se hayan tenido. Da la sensación de haber hecho un registro mucho más fiable, aunque imagino que a nivel Internet no hay diferencia entre uno y otro. Además, para registrar allí una obra tienes que llevarla impresa, o alguna prueba de su existencia; describirla, cubrir papeles burocráticos y pagar una serie de tasas. Me parece desproporcionado si estamos hablando solo de patrones o de ideas. Ojo! Si quieres editar un libro de patrones sí es el procedimiento que debes seguir antes de entregar el material a la editorial. Pero ya estamos hablando a otro nivel de licencias, negocio o distribución.

Sigue leyendo:

Pequeño parón en septiembre

Como he dicho en la página de Facebook hace unos días, durante septiembre no podré ni tejer amigurumi ni enviarlos por motivos personales. Pero eso no significa que vaya a a estar parada!

As I said some days ago at Facebook, we won't be able to crochet or deliver amigurumi during September. But I'm still working!

He empezado a vender ojos de seguridad para quien quiera hacer sus amigurumis o peluches, ya que veo que son muy difíciles de conseguir en España, para poneros las cosas un poco más fáciles. Pronto haré una recopilación de los colores, tamaños y tipos que tengo y haré una entrada explicando cómo se ponen y esas cosas de ojos :)

I started to sell some safety eyes, because I noticed they are hard to find in Spain. Soon I'll make another post with al kinds, colours and sized I have.


A lo que me refería con que no iba a estar parada... no estoy tejiendo, pero tengo mil ideas (que se suman a las que tenía antes) para hacer en amigurumi! Y lo que no es amigurumi, porque en esta semana y poco que llevo sin poder tocar el amigurumi ya he diseñado y tejido un par de guantes a los que tengo que sacar fotos. No lo quiero hacer de momento porque me quedé sin lana a 3 vueltas de terminar el segundo... y prefiero enseñarlos cuando estén completamente listos.
En amigurumi he estado trabajo en proyectos e ideas... y para despedirme, os dejo una foto de una de ellas: diseñando mis propios muñecos para un futuro proyecto :)

These days I'm not working on amigurumi, but I'm doing another things. I designed and crocheted a pair of handwarmers, but I couldn't take a picture because I ran out ot yarn and couldn't finish one of them. And also I have a lot of proyects and amigurumi ideas. A picture of one of them, still a surprise:

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Gorro de lana

Aunque todavía haya calor, sol, haya gente en la playa, y parezca que el verano aún acaba de llegar a Galicia, yo no puedo dejar de pensar en el invierno. Me encanta vestir cosas de lana, tejer lanas gordas y en general, ponerme tantas capas de ropa que no se sepa dónde empiezo y dónde acabo.
Hace un tiempo compré tres ovillos (negro, gris y blanco) para un proyecto que nunca llegué a hacer, y me quedaron aparcados. Eran unos ovillos de Lanas Stop Mexico 86, que son una mezcla de acrílo, lana y mohair. Cuando empecé a tejerlos vi que era una lana muy suave, ligera, pero a la vez calentita.
Con uno de esos ovillos hice un gorro, que pensé que iba a ser más difícil de lo que realmente fue, y por encima me gustó tanto que hice otro en negro. Me tuve que aguantar las ganas de hacer otro en blanco y otro a rayas con las sobras de los otros tres gorros, pero ya estoy pensando algún otro proyecto en esa lana, para variar un poco.

Y haré más cosas. Me encantan las bufandas, gorros y guantes (y porque todavía no me dio por hacer calcetines!), así que este invierno quien no va a ir abrigado es porque no quiere :)

Photobucket
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Próximamente estarán a la venta en mi tienda de Artesanum :D