Lo mejor de octubre + revival

Octubre se me ha hecho largo, tan largo que hemos tenido primavera, verano, invierno y otra vez verano. ¿Es que algún día habrá frío para volver a ponernos gorros y bufandas? He vuelto a las clases, he cosido un montón, no he tenido tiempo a tejer todo lo que quería y en general, tengo tan poco tiempo que hace semana y media que no puedo detenerme a leer blogs.

Pero no fallo a la cita mensual: resumen de lo que ha pasado durante el mes, un pequeño revival y lo mejor que he encontrado en otros blogs.

Este mes, en cuanto a amigurumi, presenté a Kvothe, emocionada porque creía que ese día salía La música del silencio, cuando resulta que no, que hasta el 28 no salió a la venta (y a la hora de escribir aún no conseguí un ejemplar :@). Además, me enamoré a primera vista de un buhíto abrigado y tuve que hacerlo.

Fue un mes pacífico y feliz con las dos agujas: conseguí hacer y terminar esta bufanda, que se ha quedado casi en 1,50m de largo, sin querer tirarla por la ventana y clavarme las agujas. ¡Es todo un logro! A ver si nos empezamos a llevar mejor.

En cuanto a costura, además de volver a las clases y seguir avanzando, me hice un vestido de lino, siguiendo un patrón japonés de un libro que me tiene enamorada, el vestido Lina. Después de eso, me puse a reciclar ropa vieja. También de costura es una de las entradas que más éxito ha tenido este mes: 10 cosas que no te dicen cuando aprendes a coser.

Aunque, sin dudas, la entrada que más éxito ha tenido es el patrón (o algo así) del chal de Katniss, de Los Juegos del Hambre. Hice uno el año pasado después de ver la segunda película, y ahora que se estrena la tercera, era el momento de desempolvarlo.

Revival

Para el revival de este mes voy a elegir dos de las prendas de abrigo que he tejido que más me gustan, a ver si el frío se decide a venir. La primera, este gorrito para bebé con orejitas y la segunda, este chal tan enorme, en el que quiero volver a enterrarme.

Lo mejor de otros blogs

A pesar de hacer días que no tengo tiempo ni de entrar en Bloglovin a ver qué se ha estado publicando, durante el resto del mes encontré cosas muy chulas en otros blogs.

Sobrymusic, agencia de managment de grupos de música se lanzó al mundo de los blogs con esta entrada: 10 consejos para multiplicar tus ventas de merchandise, que aunque está enfocado a los grupos, fácilmente podemos llevarlo a nuestras mesas en mercados y ferias.

Freepeople habla de cómo sacarte fotos a ti mismo, algo más difícil de lo que parece. Ya que este mes he tenido que ponerme más de una vez delante de la cámara (y no me gusta nada) no tuve más remedio que tenerlo en cuenta.

Mis primeras puntadas se ha currado una guía descargable sobre muchos tipos de prensatelas. A favoritos sin dudarlo: Guía de prensatelas descargable en PDF.

Los que me conocéis, sabéis que lo políticamente correcto no va conmigo. La entrada de El Costurero sobre bordados políticamente incorrectos me dejó con muchas ganas de aprender a bordar.

Y para terminar, vuelvo a llevaros al blog de Tilly, porque me ha dado una idea genial de cómo aspirar bien las máquinas de coser al limpiarlas. Mucho más sencillo y útil que el cepillito que tengo yo: Do you vacuum your sewing machine?

Próximamente

Noviembre va a ser un mes importante. Llevo unos meses preparando cosas que empezarán a salir durante noviembre, aunque aún no sé qué fecha será. Mis suscriptores serán los primeros en saberlo. Si además de estar informado al momento de qué sorpresa guardo quieres un patrón gratis, suscríbete gratis aquí.

Noviembre es el mes del NaNoWriMo. Tengo muchas cosas en mente para publicar, pero escribir una novela en un mes me deja la mente echa papilla y no sé si podré desarrollar todas las entradas que quiera. Tejer sí tejeré, porque para escribir me viene muy bien tejer, aunque las pocas horas de luz que estamos teniendo a lo mejor me complican las fotos.

Además, como ya les he dicho a los suscriptores en la newsletter de este mes, estas navidades no tendré apenas tiempo para tener. Por lo tanto, he decidido aceptar solamente tres encargos. Uno ya está cubierto, así que solo quedan dos. Estos encargos están reservados para los suscriptores, así que si tienes algo en mente, corre a suscribirte y mándame un mail con lo que quieres. No me gusta hablar de navidades en octubre (me agobia), pero las cosas hechas a mano llevan su tiempo y es mejor que sobre a ir con prisas.

Creo que esto es todo.

Nos leemos en noviembre. Concretamente, en una entrada que tengo programada para mañana, que debía de esta semana pasada :)

.

Reciclando ropa

No me gusta tirar ropa. Es algo que me enseñaron desde pequeña y que tengo grabado. Incluso no me gusta tirar ropa que ya no me sirve, que está estropeada o que nunca le cogí cariño. Cuando estaba en Primaria, hacían campañas de recogida de ropa para donar y mantenía el armario limpio. Pero esas campañas ya no hacen.

También he dejado de donar. Al enterarme hace unos cuántos años qué se hace con la ropa que se llevan a los contenedores, y más recientemente qué se hace en Cáritas de mi pueblo y la del al lado, paso. No me gusta.

Entonces, me encuentro con más de dos bolsas de las grandes llenas de ropa que ya no me voy a poner. Pero no sé qué hacer con ella. En un momento de lucidez momentánea tuve una idea: recíclala.

Eso de abajo era mi fondo para fotos.

No reciclarla en el sentido de hacerme un bolso con unos vaqueros (no, por Dios), reciclarla en el sentido de sacarle los botones, las cremalleras, cierres y demás cosas que me puedan ser útiles. Una vez que la prenda ya está deshecha no me da tanta pena tirarla.

No soy de las que reciclan absolutamente todo y bajo cualquier pretexto: no me da pena tirar botellas de plástico de 2 litros, porque, de todas maneras, la mochila a propulsión que me iba a hacer con ellas me estorbaría mucho. Por ejemplo. Pero las cremalleras, los botones y los corchetes que estoy sacando me van a ser útiles tarde o temprano.

Sin embargo, tengo un par de jerseys viejos (que sorprendentemente, no están deshechos y llenos de bolitas) que van a ser calentitas faldas de lana para este invierno. El año pasado, con una chaqueta que me quedaba corta, me hice unos guantes calentitos. Y otro par de jerseys, que me quedaban pequeños, están siendo ovillos de lanas de nuevo.

De momento en eso estoy: separando la ropa que me vale la pena deshacer de la que puedo cortar, y de aquella de la que no hay nada que sacar. Voy poco a poco, en ratos libres que tengo, y no siempre tardo poco.

Y ahora, las preguntas de rigor. ¿Alguien ha reciclado unos vaqueros en una falda y luego se la puso? ¿Y Cds en posavasos? ¿Y botellas de plástico en... macetas, por ejemplo?

Curiosidad: 18 cosas en las que no deberían reciclarse vaqueros

.

Búho de invierno

Hace unos días vi en Pinterest (¿cuántas entradas de blog empezarán así?) un amigurumi que me encantó a primera vista. No tenía fuente y estaba hecho a dos agujas, y no pude evitar empezar a pensar pronto cómo hacerlo a ganchillo.

La foto original es esta:

Es un buhito blanco, abrigado con una bufanda y un gorro azul. Yo decidí hacerle un cuerpo más sencillo, para que le fuese más fácil mantenerse en pie. Creo que el original tiene los ojos y la bufanda hechos a ganchillo, pero yo lo hice completo a ganchillo (bastantes problemas da por ahora la calceta como para ponerme a hacer amigurumi).

Así que empecé: cabeza, cuerpo, alitas, ojos... tardé una tarde entera en hacerle el gorro. Me puse creativa y lo deshice mil veces. Finalmente hice uno muy sencillo: empieza en anillo mágico aunque intenté empezarlo en cadeneta, también empecé otro diferente a punto bajo... Me quedé con el sencillo.

El pompón del gorro lo hice con dos dedos en vez de con cartón, a pesar de que me había dicho que los pompones hechos así no me gustaban y no volvería a hacerlos. Podría haberme salido mucho peor.

Podría haberle cosido la bufanda y el gorro, pero de momento se los he dejado sueltos, que se puedan poner y quitar cuando se quiera. Aunque la base la hice bastante chata no es muy estable, así que se me caiga un par de veces y le salga el gorro volando me cansaré y se lo acabaré enganchando. Probablemente haga lo mismo con la bufanda, que aunque da para anudar como en la foto original, no me gusta mucho cómo le queda.

Hacía tiempo que no me daban ganas de hacer un amigurumi concreto y no paraba de pensar en él hasta conseguirlo. Y hacía un tiempo que no me ponía a escribir un patrón, tampoco.

Ahora estoy pensando en hacer más, pero con otros animales: un patito, un gato... y algo más que se me ocurra. Que ha empezado la temporada de series y se me acumulan los capítulos.

Por cierto, ¿alguien conoce la fuente original?

.

Chal de Katniss - patrón

Hace un año, después del estreno de la segunda película de Los juegos del hambre me encapriché con un chal que lleva Katniss (la protagonista) al inicio de la película. Bueno, yo y mil personas más alrededor de internet. Los chales de Katniss empezaron a aparecer en todos lados: en forma de patrón (de pago) y ya tejidos (al precio de un riñón y parte del hígado).

Me dije que yo quería un chal de Katniss, ese chal asimétrico tan extraño pero a la vez tan bonito y rechamante. Me puse a trabajar en uno, y después de dejarme el coco, de hacer y deshacer, ya tenía el mío.

Dije en aquel momento que compartiría el patrón, pero... ¡no sabría cómo escribir un patrón para él! Aún hoy, no tengo ni idea de cómo plasmar por escrito instrucciones concretas para que cada una pudiera hacerse uno en su casa.

Así que ahora que se acerca el estreno de Sinsajo (parte I), es hora de desempolvar lo que fui escribiendo en una libreta. No es un patrón gratuito. No es un patrón, siquiera. Son unas instrucciones aproximadas, pero cualquiera que sepa ganchillar un poco podrá hacerlo. No es difícil. Esperemos que Katniss no saque otra prenda tan bonita pero tan difícil y tengamos que volver a rompernos la cabeza.

Al turrón:

Material:

2 ovillos de Lanas Stop Top Merino (soy pequeña, para tallas medianas y grandes se necesitarán más)

Aguja de ganchillo del nº 8.

Aguja de lana

3m de trapillo (no importa el color, pero si es parecido al de la lana, mejor)

Tijeras y esas cosas

Tensión: la tensión no es importante, aunque yo lo tejería un poco prieto para que mantenga la forma definida. Yo lo tejí con una aguja de 8mm.

Construcción:

El chal de Katniss está tejido en tres piezas diferentes: hombros, cuerpo y dos triangulitos que le dan un poco de forma en la zona de la axila. Podéis ver el montaje en esta foto:

Hombros

Se empieza tejiendo los hombros, que se van construyendo de arriba a abajo. El ancho debes medirlo al tamaño de tu cuerpo o del cuerpo para el que lo vayas a hacer. La medida que cogeremos es el ancho de los hombros menos cuatro centímetros.

Con esa medida, corta unas cuantas tiras de trapillo o de cuerda (yo usé 10). Divídelas en dos grupos y cose los extremos formando un aro.

Envuelve el primer aro de trapillo con lana tejiendo punto bajo a su alrededor.

Cuando llegues al inicio teje una vuelta en punto bajo.

Cuando termines la vuelta, envuelve el segundo aro de trapillo también en punto bajo mientras lo vas uniendo a lo que ya tienes tejido.

Sigue en punto bajo tres vueltas, y luego haz aumentos en lados opuestos, para darle forma a los hombros y que acomode bien una vez puesto. Sigue unas pocas vueltas más, unas 6.

Con esto, la zona de los hombros está terminada. Esta parte no son muchas vueltas, creo que el mío tiene apenas unas 10, aunque para tallas más grandes necesitará más vueltas. De nuevo: depende del tamaño del cuerpo para el que se vaya a hacer.

Cuerpo

La parte del cuerpo se teje en diagonal, de hombro izquierdo por la parte del pecho al hombro izquierdo por la parte de la espalda, pasando por la cintura derecha. De nuevo, mejor que dar la medida en puntos, lo más seguro es que midas con la primera cadeneta (hazla un poco más larga porque luego encogerá). Se teje toda la pieza en punto alto, puedes alternar vueltas cogiendo solo la hebra de delante o solo la hebra de detrás para darle un poco de textura.

Después de un par de vueltas, empieza a hacer disminuciones hacia la mitad: así se acomodará a la cadera y a la cintura.

Para mi talla pequeña, me llevó 12 vueltas: cuando tengas una tira que tenga el mismo ancho que de la cintura a bajo la axila, está terminada.

Cuando estén la parte de los hombros y del cuerpo terminadas, se cosen. Entonces se ve que quedan dos agujeros en la axila derecha: para ahí haremos los triangulitos.

Teje dos triángulos a punto bajo, uno para la parte de delante y otro para la parte de atrás. Si puedes, téjelos directamente en el chal con las otras dos piezas cosidas: así no hay margen de error y quedarán del tamaño perfecto. Haz uno en la parte de delante y otro en la parte de detrás.

No es un patrón, no es tan exacto como me gustaría, pero menos da una piedra. Sé que hay gente con ganas de hacerlo, y espero que con estas indicaciones y un poco de paciencia, podrán tenerlo para el estreno de Sinsajo.

No sé si quiero que saque otra prenda que nos deje locas y tengamos que volver a darle vueltas y vueltas para intentar imitarla. Esta clase de retos están muy bien.

El mío mantiene la forma aunque es más discreto.

Kvothe amigurumi

Ayayayay que por fin llega hoy, y aunque no es realmente lo que tiene que ver con el libro, pues hoy toca. Hace tiempo que lo tengo hecho, pero hoy es la fecha de enseñarlo aunque no sea realmente.

Que me estoy poniendo nerviosa. Empiezo por el principio:

“Me llamo Kvothe, que se pronuncia ‘cuouz’. (...) Una vez mi padre me dijo que significaba ‘saber’. He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Quizá hayas oído hablar de mí.”

dice la contraportada de El nombre del viento, la primera novela de la saga Crónica del asesino de reyes, la primera novela de Patrick Rothfuss. Con esa contraportada me sumergí en el mundo de Kvothe, en la poesía que pone Rothfuss dentro de su prosa, en el maravilloso mundo de Rothfuss.

Ya hay varios amigurumis de Kvothe circulando por ahí, pero yo quería hacer el mío:

Kvothe es el prototipo de héroe de fantasía épica, no voy a mentir. Y El nombre del viento es un libro protípico de fantasía épica: tenemos un huérfano que tiene unas habilidades espectaculares, al que le pasan un montón de desgracias pero siempre es más listo, que vive aventuras, tiene un amor imposible y pelea contra dragones. Pero es mucho más que eso, y este libro me reafirma en que lo importante de las historias no es lo que cuentan: es cómo lo cuentan.

El nombre del viento tiene una prosa perfecta, es delicada, es poética, es empática. Mientras Kvothe estaba en Tarbean tuve que apartar el libro de lo mal que me hacía sentir. Hacia el final, cuando se encuentra con el cabrero, chillé de la emoción al ver que habían clavado el castellano antiguo. Me quedé sin aire cuando se incendia Trebon.

No es solo una novela o una saga épica de aventuras. Es muchísimo más, porque te hace sentir muchísimo más. Somos millones de fans por el mundo adelante, y yo soy quisquillosa con los libros, no me vale cualquiera, eh.

¿Y por qué hoy? ¿Por qué me ponía nerviosa? Porque Crónica del asesino de reyes está inconclusa todavía, y estamos esperando pacientemente a que Rothfuss termine Las puertas de piedra, porque le gusta hacer las cosas despacio y con cariño. Pero a este hombre se le caen las palabras y todo lo que escribe lo convierte en novelas.

Hoy sale a la venta La música del silencio, una novela cortita (130 páginas, más o menos) sobre uno de los personajes que aparecen durante Crónica del asesino de reyes; pero no es un libro más de esta saga. La novela trata de Auri y el submundo, y sabiendo cómo es Rothfuss, quiero leerla cuanto antes porque estoy segura de que la voy a disfrutar.

Además de La música del silencio ha escrito dos libros ilustrados (no son infantiles, ¡no se los dejéis a los niños, por Dios!) porque no puede estar quieto. He conseguido uno, el otro aún no está traducido, y no es nada parecido a lo que haya visto nunca.

Aquí está mi amigurumi de Kvothe. Debería haber hecho uno de Auri, pero no soy capaz de imaginármela.

¿Habéis leído El nombre del viento y El temor de un hombre sabio? Si no lo habéis hecho y los libros de más de 800 páginas no os dan miedo, id a por él. Si os dan miedo, id a por él igualmente, porque no es pesado y no sobra ni una página.
¿Cuánto tardaré en arrastrarme a la única librería que tenemos por aquí y coger un ejemplar de La música del silencio?

*Disclaimer: el libro no sale hoy, sale el 28 de octubre. No sé dónde leí que era el 13.*
.

10 cosas que no te dicen cuando aprendes a coser

Fuente

Esta semana hizo un año que empecé con las clases de corte y confección (qué rápido pasa el tiempo, ¿verdad?), y aunque creo que la costura es algo que nunca se llega a saber del todo porque siempre hay algo nuevo que aprender, ya no soy tan novata e inocente como el año pasado. Siempre me gustó la idea de aprender a coser, pero no es como lo imaginaba. Seguro que la costura aún guarda unas cuantas sorpresas, pero aquí hay una lista de las 10 cosas que me cogieron más desprevenida:

1.Vas a tener que planchar

Vas a tener que planchar, varias veces a lo largo del proceso de una prenda. Y no hay manera de librarte. Yo tengo casi toda mi ropa de algodón para no tener que planchar, pero en este año he encendido la plancha más veces que el resto de mi vida. ¡Y hay planchas que funcionan mejor que otras! No sé qué magia negra hay detrás, con unas las prendas quedan bien a la primera y con otras tienes que luchar.

(¿tantos ingenieros en el mundo y estas tablas de planchar son las más prácticas que podemos inventar? Parecen hechas por alguien que nos odia)

2-Lo más pesado es cuando ya acabaste de coser

Parece que lo más difícil y tedioso es conseguir que una prenda tenga forma, ¿verdad? Pues darle forma a la prenda es lo más fácil y rápido. Lo tedioso y lo largo viene después de que coja forma y te hagas a la idea de que queda poco: pasar la máquina, retirar la tela sobrante, planchar, sobrehilar, ajustar un poco más, sacar los hilos y las marcas que sobran (he llegado a estar dos horas sacando hilos), hacer dobladillos, poner bieses, hacer ojalas, poner botones, volver a planchar...

3-Nunca hay suficientes canillas

Las máquinas de coser funcionan con dos hilos: uno por arriba y otro por debajo. El hilo de debajo se pone haciendo una pequeña bobina en una pieza que llamamos canilla. Aunque parezca que solamente cosemos con dos colores de hilo (blanco y negro) y compres 10 canillas, pronto verás que están todas ocupadas con hilos de diferentes colores. Y cuántas más compres, más canillas necesitarás.

4-Nunca tienes el hilo que necesitas: terminarás con 6 tonos de beige

¿Cuántos tonos de beige existen? ¿y de verde? La respuesta es: tirando a infinito. Y es ley que el color de los hilos que tengas en casa no queden bien con la tela. Terminarás con 6 tonos de beige, 10 de azul y 7 de verde. Y cuando compres otra tela y estés segura de que tienes hilos para ella... serán 7 carretes de beige.

5-Te mudarás de casa a una que tenga mesas grandes

Para cortar la tela de manera cómoda necesitas una mesa grande. Las primeras veces puedes hacer apaños: extiendo la mesa, le pongo una tabla, sujeto con alfileres y voy girando la tela... pero cuando tengas que mudarte te fijarás mucho en el tamaño de las mesas que haya en la casa. Y no estarás contenta hasta que tengas una mesa de 2x2m con espacio para caminar a su alrededor.

6-Cuando entras en una tienda de telas:

¿Pensabas que las tiendas de lanas eran caras y era peligroso entrar? Bienvenida al mundo de las tiendas de telas. Y más de las tiendas de retales. Recomiendo entrar en ellas solo con dinero en efectivo y dejar la tarjeta en casa.

7-¿No te gustaban nada las vacunas y los análisis de sangre? No te preocupes, pronto te darán igual

Basado en mi experiencia personal. Nada de lo que me haga un médico es peor que probarse una prenda sin recordar que tenía tres alfileres dentro, o intentar sacar una alfiler empujando por la punta y no por la cabeza. O cuando intentas coser a mano confiando en la intuición y te atraviesas el dedo con la aguja. Personalmente, además, tiendo a quemarme con la bombilla de la máquina.

De pequeña era un drama cuando tenían que ponerme una vacuna o sacarme sangre: ahora me da igual. En cuanto a cosas punzantes, creo que ya me he hecho todo el daño posible.

8-Nunca se acabará coser a mano

La ilusión de comprar una máquina de coser es que no habrá que coser a mano nunca más (y que parte de los problemas del punto anterior desaparecerán): error. Coser a mano no se acaba nunca: hilvanar, poner marcas, rematar en lugares complicados y especialmente todos esos días que coses a mano por la pereza de no montar la máquina.

9-Hay mil sistemas de patronaje diferentes: todos iguales

Cuando empecé corte y confección y me preguntaron qué sistema de patronaje me estaban enseñando me quedé en blanco. Después vi que sí, hay docenas de sistemas de patronaje diferente: desde el clásico Martí, a los anglosajones que no sé cómo se llaman, al japonés... pero todos hacen básicamente lo mismo. No vale la pena que cunda el pánico: con conocer uno, conoces el resto. He tenido en la mano manuales de patronaje medieval (dedicados a la recreación histórica, no a los disfraces) redactados según modelos de patronaje medieval anglosajón y llegan a los mismos dibujos que llego yo con Martí. Tienen sus pequeñas diferencias, por supuesto, pero no son mundos completamente diferente e incomprensibles entre sí.

10-Se abre un nuevo portal a un universo paralelo

En todas las casas hay un pequeño portal a un universo paralelo: aquel al que se van las parejas de los calcetines. Cuando empieces a coser se obrará la magia y se abrirá un segundo: el de los alfileres. Parece que los tienes todos controlados, que no te los dejas dentro de las prendas, que no se caen debajo de las mesas y que todos los que sueltas vuelve al alfiletero... pero cada vez tienes menos. Al igual que las parejas de los calcetines, nadie tiene la respuesta a por qué o dónde desaparecen.

¿Alguien que haya aprendido a coser recientemente quiere añadir o quitar algo de la lista? ¿Soy la única a la que le desaparecen los alfileres o los calcetines?

.

Vestido "Lina"

Hay un montón de libros de patrones japoneses. Muchísimos, y casi todos se mueven dentro del mismo estilo sencillo, cómodo y minimalista, con colores y telas naturales. Por eso, casi todos los libros de este estilo parecen iguales. Pero hace unos meses, casi un año ya, me encontré con este (que no sé cómo llamarle) con unas prendas preciosas. Hay un par de patrones que se confunden con el resto de libros, pero ay, el vestido de la portada, y otra falda del interior. Solamente por el vestido de la portada, compré el libro. Es este:

Me vino directo desde Japón, acompañado de una grulla de origami preciosa. Pero, obviamente, no trae telas. Aunque no visto normalmente colores tan claros, pero quería simplemente copiar el vestido de la foto. Normalmente no me gusta copiar sin más lo que veo, pero este vestido era tan perfecto que no quería cambiarle nada.

Tardé unos meses en poder conseguir una tela de lino que se pareciese un poco, pero la conseguí. Y hace unos pocos días, esperando a volver a empezar el curso, aproveché para ponerme por fin con el vestido. No es un vestido de verano aunque parezca fresco, porque la tela es algo gordita, así que estaría listo para otoño-invierno.

En una semana, estaba listo.

Como decía al principio, es un vestido con unas líneas muy sencillas. No hay pinzas ni piezas que necesiten ajustarse. Es un vestido suelto (se siente más grande de lo que aparenta), flojo, con poquitas piezas y líneas rectas. Lo más difícil fue encajarlo en el cacho de tela que tenía, que lo había usado para otra cosa y necesité más de lo que creía. El resto, fue muy fácil. Si tardé una semana fue porque un día me daba pereza seguir porque tenía que sacar la máquina, otro día porque no quería planchar... no sé si se puede hacer de una sentada, pero de dos, seguro que sí.

Si volviese a hacerlo solamente le cambiaría una cosa: la espalda no la frunciría como las piezas del pecho, porque le da mucha pinta y mucha sensación de globo. Espero que con los lavados la tela se suavice un poco, porque ahora, nueva, se dispara y abulta mucho.

Me gusta muchísimo el vestido. Creo que conseguí reproducir el de la portada y creo que me queda bien. Sin embargo (y esto no es una queja, es una curiosidad), tiene un movimiento raro: tanto me queda bien como se infla como un globo, como parece que me va cortísimo o me queda casi largo. No sé por qué pasa, aunque supongo que es porque la tela está brava y nueva aún. Espero que sea más fácil de manejar con el tiempo.

Otra prenda 100% a mano que tengo en mi armario :D Este invierno, si va a ser tan frío como al anterior (y parece que lo será) quiero estar cargada de faldas y vestidos, para poder armarme con medias de lana y capas de camisetas por debajo. Este es solo el primero de un par más que tengo a la vista. He descubierto que para el frío prefiero los vestidos a los pantalones.

No iba a ponerle nombre, pero ya que el otro vestido lo presenté con un nombre de chica (Amélie, porque estaba inspirado en la película) pensé que este también. Y una amiga me propuso Lina, y Lina se queda :)

.

Bufanda “Rosa”

El Diccionario de la Real Academia Gallega dice que rabudo/a es “dícese de la persona de carácter áspero, agrio y desapacible” y “dícese también de la persona tosca, rústica y sin pulimento”. Sin embargo, en mi casa, “rabudo” es sinónimo de “terco, empecinado, que cuando se le mete algo en la cabeza no para hasta conseguirlo”.

Desde que soy pequeña mi padre me dijo que yo era muy rabuda. Y cuántos más años pasan, más razón tiene:

Si leéis el blog o me seguís en Twitter os habréis dado cuenta de mi lucha eterna con la calceta. Que llevo un par de años intentando aprender y que siempre termino frustrada, cabreada, con lo que empiezo vuelto a hacer un ovillo de lana y yo diciéndome que es imposible, que nunca más.

Y sin embargo, un par de meses después, vuelvo a coger las agujas.

Hace unos meses, ya que yo sola no era capaz, intenté ir a clases a que me enseñasen, y fue un fracaso incluso mayor. Pensé que esa era la definitiva. Pero un poco después le contaba a mi abuela que no era capaz, me puso esa cara mezcla de “qué pena” y “te voy a arrear” y me dijo que para aprender bien tenía primero que tejer muchos metros de puntos por el derecho y por el revés, y que los fuese combinando poco a poco. Que no tuviese prisa por avanzar ni aprender puntos difíciles, que con esos dos puntos ya podía hacer muchas cosas.

Y le he hecho caso (aunque mi abuela, que tuvo 10 hijos, es especialista en darte órdenes sin que te des cuenta). Ahí estoy, con otra bufanda:

El proyecto que he elegido para desesperarme esta vez es el patrón gratuito Rosa, de Anne Schulz. Es muy, muy sencillo: es un rectángulo de 30x160cm de punto bobo. Lo más difícil es el ojal, pero aún no llegué ahí. Va creciendo poco a poco, mientras voy haciendo miles de puntos del derecho para cogerle soltura, aprender cómo es el dibujo que hacen los puntos y esas cosas. Obviamente, no le llamo "bufanda rosa" por el color, sino por el nombre del patrón. No me gusta nada la ropa rosa y este azul me encanta.

Estoy tejiéndola en una lana de algodón que compré hace ya dos años (¡cómo pasa el tiempo!) a Gorgeous Knits en color azul vaquero. Está quedando suave pero muy calentita. Tengo ya un metro de largo y me da mucho calor en las piernas cuando me pongo a tejer. Para este metro usé dos ovillos de 100g, que no sé cuántos metros pueden ser porque la lana vino sin etiquetas y únicamente medida en peso.

No creo que llegue a medir el 1,60m. Tenemos que tener en cuenta que mido menos 1,55, la bufanda sería más alta que yo. Y en proporción, necesito menos largo de bufanda, porque tampoco tengo los hombros tan anchos como alguien que mida 1,60-1,70. Me la voy probando a cada poco y creo que podré parar al 1,30 o 1,40. Me queda poco y eso me da más ganas de seguir :)

Así como de ganchillo sé qué quiero hacer (o acabar, en este caso), cuando termine con esta bufanda, no sé qué hacer a dos agujas. ¿Alguna sugerencia de patrón sencillo? (que tenga solo punto del derecho y del revés, ¡por favor!)

Es bonita la tela que usé para el fondo, ¿verdad? La compré a principios de verano para hacerme un vestido fresquito, pero este año no ha hecho calor y no tuve necesidad de él. Tengo los patrones hechos, imagino que lo haré durante el invierno y quedará esperando a ser estrenado.

.