Ya estoy de vuelta en casa, con los expositores recogidos y los amigurumis que vinieron de vuelta a casa bien guardados. Sin embargo, sigo estando ligeramente afónica y no dejo de beber agua como si durante el fin de semana no hubiese bebido tres litros.
Este ha sido otro Expotaku increíble. Fue mi quinto Expotaku consecutivo, y aunque empiezo a conocer el evento y a casi saber qué esperar de cada momento del fin de semana, me sigo llevando sorpresas.
Por ejemplo, no esperábamos la avalancha de gente que entró el sábado por la mañana. El recinto estuvo abarrotado desde primera hora, y terminamos más de media hora fuera de horario porque no había salido toda la gente aún. Pero en cuanto a afluencia, nos sorprendió el viernes: siempre decimos que es un día flojo y aburrido, pero este año hubo mucha gente. La mañana fue lenta, pero se notó cuando abrimos la puertas y durante la tarde hubo movimiento como si fuese cualquier otro día. Incluso pasé un rato en la entrada hacia media tarde y había cola para comprar entradas.
Creo que el domingo fue el día más extraño. Por la mañana hubo tan poca gente como si fuese viernes, pero poco a poco fue entrando más gente, y cuando nos dimos cuenta, el recinto estaba a rebosar. Cuando cerramos por última vez se hizo difícil sortear con la maleta a la gente que aún quedaba en la entrada.
He leído cifras y dicen que durante el fin de semana pasaron por Expotaku más de 16.000 personas, y me las creo. Sobre todo el sábado hubo muchísima gente. Tanto que conozco a alguna que se agobió y se fue antes de lo que tenía pensado. Y nosotras, entre toda la gente y que el aire no corría, pasamos un montón de calor. Pero sigo prefiriendo el calor al frío, como en la Japan Weekend de Madrid.
Personalmente, me lo he vuelto a pasar como nunca. Además de la compañía de ShadowCat y de Miss Annie (que este año solo vino a acompañar), se acercó muchísima gente a saludar. Estuve muy bien acompañada en todo momento, y me encantó poder saludar de nuevo a Berenice de Cubeterie y a Raquel de Tsukeeno's. Los chicos del quidditch muggle me liaron para jugar un partido y un montón de gente vino al taller más desastroso de la historia de Expotaku. ¿Recordáis que íbamos a hacer flubber? Pues todavía no sé cómo, solamente conseguimos hacer cemento. Les prometí investigar qué había salido mal, y lo averiguaré. También les prometí que el próximo año repetiremos, y sin posibilidades de que vuelva a salir mal. Estoy muy enfadada conmigo misma y con el borax, y no me voy a perdonar hasta que todo el mundo tenga su flubber.
Pero lo que realmente hace especial cada Expotaku es toda la gente que se fija en el amigurumi. Lo que me da ganas de seguir tejiendo, lo que me ayuda a seguir cargando con bolsas llena de lana y de relleno es toda la gente que se acerca a la mesa, y sonríe. Mucho más a los que me dicen que les parecen bonitos o que les gustan, y por supuesto, los que se deciden a llevarse alguno. De eso este fin de semana también estuvimos llenos, y me vuelvo a casa con una sonrisa enorme y muchas ganas de seguir adelante. Y eso es importante, ahora que se acerca el calor y la lana ya no es cómoda de coger.
Otro año más, tengo que darle las gracias a la organización. COGA han vuelto a estar (casi) impecables, pendientes de qué necesitábamos y cuándo lo necesitábamos. Son un grupo de chicos que juntos son capaces de sacar adelante un evento tan grande y complejo como este, con actividades superpuestas durante tres días (y cuatro y cinco, el montaje y desmontaje también es duro y nadie lo aprecia) y con tantísimos visitantes, colaboradores e invitados.
Este año solamente tengo que ponerles una pega: ya hay demasiada no artesanía en la zona de artesanía. Tanta que es inaceptable. Antes protestábamos cuando artesanos llevaban productos comprados a China para rellenar las mesas pero no le dábamos más importancia, pero este año se han colado dos puestos enteros de productos importados, lo que me parece inaceptable. Sé que otra gente ha protestado por estos falsos artesanos, pero no se les ha hecho caso. Esperemos que para el año estén más atentos y no vuelva a pasar, porque es injusto para los que pasamos meses trabajando para un fin de semana y es injusto para las tiendas que pagan precios muy altos para poder montar en el evento.
Expotaku no falla. Cada año hay más nivel en cosplay, más gente y mejor ambiente. Cada año escucho más quejas sobre que las tiendas no tienen variedad, calidad ni conocen lo que están vendiendo. Este año además de piratear a las marcas se dedicaron a robar diseños de camisetas a Qwertee y Teefury y pósters a Deviantart; me preocupa porque ellos son el motor de estos eventos y están cavando su propia tumba. Me gustaría pensar que las tiendas malas morirán y sobrevivirán las que valen la pena, pero no estoy tan segura. Pero es necesario que las organizaciones reaccionen y empiecen a seleccionar quién puede asistir y que haya un control de calidad y licencias. Porque por encima los precios son desorbitados.
Y por fin no he visto a los impresentables de V Televisión dando el coñazo por ahí.
Un "artesano"
En conclusión: lo he pasado genial, he conocido a muy buena gente, me sigo reafirmando en que Expotaku es uno de los mejores salones de España (y he conocido a dos salones grandes en Madrid y Valencia) y lo terminé muy contenta y satisfecha. Y sobre todo, con muchas ganas de repetir. Después de descansar un poco más, por supuesto.
¡Nos vemos el próximo año!
PD: Como este fue el año que más luz teníamos no llevé la cámara de fotos. Todas las fotos son de Marcus Fernández.
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